vitoria. Transcurridas cuatro jornadas y a punto de llegarse al ecuador de la primera fase de la Euroliga, el Baskonia vive por segundo año consecutivo en el alambre e, incapaz de corregir los errores del pasado, corre el serio riesgo de despeñarse hacia el vacío. Fuera momentáneamente de los puestos que conducen al Top 16 y con la pesada losa de dos derrotas en casa sobre sus espaldas ante el Zalgiris y el Anadolu Efes que le obligan a remar contracorriente, su margen de error acaba de reducirse hasta límites insospechados. Los fantasmas de la pasada temporada ya sobrevuelan el Buesa Arena, donde la cúpula directiva cruza los dedos para no repetir el monumental fracaso deportivo y económico que podría dejar al club al borde de la pérdida de la licencia A para disputar prácticamente de por vida la máxima competición continental. Un panorama desolador para un equipo que hace apenas un lustro tuvo el honor de alcanzar la Final Four hasta en cuatro ocasiones seguidas y miraba de tú a tú a cualquier oponente por galáctico que fuera. El presente actual no tiene tristemente nada que ver.
Sin embargo, las cuentas están claras y todavía no hay nada perdido cuando restan la friolera de seis jornadas por disputarse. Es cierto que tanto lituanos como turcos, a quienes toca rendir visita en la segunda vuelta, son prácticamente inalcanzables, pero el tercer puesto del grupo permanece aún a tiro dada la fragilidad exhibida por el Olympiacos y el Emporio Armani. A la vista del estado actual del lote y dando por sentado que el endeble Cedevita de Boza Maljkovic -próximo rival azulgrana en otro choque con aroma a final- permanece fuera de cualquier pronóstico, todo hace indicar que éstos últimos serán los rivales directos del Caja Laboral de cara a satisfacer el objetivo de inmiscuirse entre los dieciséis cocos del Viejo Continente.
El conjunto heleno, nuevo hogar del alero estadounidense Josh Powell tras un fichaje concretado en las últimas horas, padece problemas internos en el vestuario que han motivado la rescisión de contrato del exbaskonista Joey Dorsey. La marcha de Dusan Ivkovic se ha dejado sentir más de lo esperado, de ahí que el equipo rojo se encuentre a años luz del nivel que le permitió erigirse hace unos meses en el sorprendente monarca continental. Igual o peor si cabe le van las cosas al Armani Milan, uno de los nuevos ricos de Europa donde incluso ya se discute el trabajo de Sergio Scariolo. El técnico de Brescia está en la picota tras los últimos resultados de un equipo que, de momento, no está extrayendo los máximos frutos a una plantilla plagada de nombres rutilantes con problemas para construir un grupo de garantías.
Sin embargo, el Caja Laboral haría mal en fiarse de los problemas ajenos y no mirar en su propio ombligo en lo que resta de esta ronda inicial. Para evitar el sonrojo de la eliminación a las primeras de cambio, todos los cálculos pasan por sumar, al menos, cuatro victorias. Aparte de ello, y dada la igualdad del grupo, también será imprescindible gozar de un mejor basket average que el Olympiacos y el Armani para no salir perjudicado en el caso de hipotéticos dobles o triples empates. Frente a los helenos, será necesario superar los cuatro puntos (85-81) de la derrota cosechada en El Pireo, mientras que cualquier victoria o, en su defecto, una derrota por menos de diez tantos ante los transalpinos en el Fernando Buesa Arena sería suficiente para evitar agobios suplementarios.