Vitoria. El nuevo proyecto del Caja Laboral se encuentra ante la amenaza del fracaso sin que apenas le hayan dado tiempo a abandonar el gateo para comenzar a andar. Sin embargo, Dusko Ivanovic rechaza tirar de excusas para justificar la actual situación y, lejos de aferrarse a los problemas que han llegado derivados de las lesiones, mira al horizonte y se enfrenta al riesgo sin renunciar a su discurso. "Si ahora comenzara la ACB y dentro de dos semanas la Euroliga, estaríamos perfectos, pero esto es lo que hay", exponía el técnico montenegrino.

Ivanovic, consciente de que las lesiones, sobre todo en el juego interior, han impedido por ahora que su equipo ofrezca el rendimiento que se atisba que puede llegar a ofrecer. Y aún así, fiel a su idea de entender su profesión, asume con resignación el hecho de que mañana su equipo pueda jugarse en cancha ajena buena parte de sus opciones europeas.

La de mañana, según aseguró el preparador balcánico, será una final para el cuadro azulgrana. Como el resto de partidos que restan. "Es lo que hay. Tenemos que ser conscientes de que a partir de este partido hasta el final cada partido será una final. Todos los partidos", remarcó.

Ivanovic, que hoy partirá junto al resto de la expedición rumbo a tierras italianas, desveló que está pendiente del estado físico de dos piezas importantes de su plantilla. Fernando San Emeterio se ha contagiado del mismo virus que el pasado domingo impidió que Nemanja Bjelica pudiera jugar el partido de ACB ante el Fiact Joventut. Tanto el cántabro como el montenegrino se encuentran débiles, aunque aseguró que ambos formarán parte de la convocatoria.

El reto de vencer al Armani Jeans en su propia cancha no se antoja en absoluto sencillo. Ivanovic es consciente. Aunque también tiene muy claro que, con confianza, este Caja Laboral puede ganar en esta y cualquier otra cancha. "Somos conscientes de que podemos ganar todo y también de que podemos perder todo", explicó.

El técnico montenegrino no quiso conceder excesiva relevancia al hecho de que su equipo no haya logrado aún estrenar el casillero de victorias en la máxima competición continental. De hecho, recordó la relativa importancia del estado actual de la clasificación echando mano de lo que sucedió hace ahora un año, cuando las cosas pintaban radicalmente distintas y sin embargo derivaron en una inesperada eliminación. "El año pasado teníamos 2-0 y este 0-2. No significa nada. Hay que mantener la confianza", insistió el entrenador azulgrana.

El sargento de hierro del baskonismo, que volverá a verse las caras con un Sergio Scariolo al que ya se midió y venció en dos ocasiones durante la pretemporada, destacó la calidad del combinado transalpino, un equipo de mucha calidad y con mucha experiencia, con algunos jugadores capaces de solucionar partido en jugadas uno contra uno", entre los que destacó a Omar Cook, Keith Langford y Ioannis Bourousis.

El poste heleno, que el lunes se salió en partido liguero, puede suponer un quebradero de cabeza para un Baskonia que hasta la fecha ha dependido en exceso de Maciej Lampe. "No estamos en el nivel de juego interior que debemos que estar. Pero para este partido tenemos que estar", avisó Ivanovic. "Tenemos algunos momentos de muy buen juego y otros de bajón, no demasiado alto pero como juegas contra equipos de gran nivel un pequeño bajón se nota mucho", zanjó.