Vitoria. De todas las desgracias que han venido sacudiendo al Caja Laboral en estos primeros compases de la temporada, sin duda la que se lleva la palma es la que mantiene fuera de las canchas a uno de los fichajes que más había ilusionado a la hinchada azulgrana durante el verano. Tibor Pleiss sigue aguardando la aprobación de los médicos para poder volver a los entrenamientos. Aquejado de mononucleosis, una enfermedad para la que no existe más tratamiento que el reposo, el poste germano cuenta los días que le quedan para poder volver a ponerse a las órdenes de Dusko Ivanovic. Pero parece que esa cuenta puede dilatarse más de lo esperado en el tiempo.

El club sigue sin dar siquiera una fecha aproximada para el retorno del pívot teutón. Según fuentes consultadas por este periódico, las analíticas a las que se ha venido sometiendo al jugador continúan mostrando niveles elevados del virus y el riesgo de contagio se mantiene alto, por lo que al bueno de Pleiss, que había desembarcado en Vitoria con una enorme ilusión, no le queda otra que proseguir con ese periodo de descanso que le recomendaron los galenos azulgranas y aguardar a que la enfermedad remita. La espera puede dilatarse durante unas cuantas semanas más. Quizá, según advierten los médicos, podría llegar hasta los dos meses. No hay de momento una previsión fiable. El virus sigue presente en su organismo y la espera, como el propio jugador, será larga.

Tipo inteligente, con la cabeza muy bien amueblada pese a su insultante juventud, el jugador lo lleva con cierta resignación. Más allá de su reclusión domiciliaria, según aseguran fuentes del propio club, permanece en contacto constante con el equipo, con los médicos y trata de seguir la prescripción de ingerir la mayor cantidad de líquido posible para ayudar a su organismo a combatir la enfermedad.

Pleiss en cualquier caso no está teniendo que sobrellevar en solitario este periodo de reposo. Hasta el pasado lunes contó con el apoyo y la presencia de su madre, que lo acompañó a Vitoria y le ha ayudado en estas últimas semanas. Y hoy va a recibir la visita de su representante, el exjugador del Baskonia Quique Villalobos.

Único sostén interior del nuevo Caja Laboral en el arranque del curso, el alemán sufre ante todo por las enormes ganas que tiene de volver a vestirse de corto. En pretemporada arrojó muy buenas sensaciones y ahora que el equipo está empezando a tomar velocidad de crucero, que empieza a esbozar las líneas maestras de lo que va a ser en el futuro, se echa en falta a un jugador que podrá cubrir la ausencia de Maciej Lampe en los minutos en los que el polaco tenga que buscar oxígeno en el banquillo.

En el otro lado de la balanza para Ivanovic se encuentra el hecho de que Milko Bjelica se encuentra ya plenamente recuperado de la lesión que de rodilla que padecía. Aunque en el partido ante el Gran Canaria se mostró muy falto de ritmo, el montenegrino está entrenando al mismo nivel de intensidad que el resto de sus compañeros y ante Zalgiris y Joventut podrá echar una mano.

Así las cosas, y sin olvidar a un Unai Calbarro que tampoco puede entrenarse tras la operación de hernia inguinal a la que fue sometido, Pleiss se mantiene junto a Taylor Rochestie, otro de los nuevos fichajes, como único inquilino de una enfermería en la paciencia se ha convertido en un aliado. Sin más opciones que las de descansar y confiar en que la mononucleosis remita cuanto antes, el poste germano se ha convertido en un paciente impaciente, con muchas ganas de demostrar los argumentos que llamaron la atención del Baskonia.