La ACB se ha desmelenado. En un momento crítico en el que los eruditos debatían cuáles eran las salidas que le quedaban al baloncesto en este país para recuperar la notoriedad y no eran pocos los que cuestionaban la pérdida de competitividad del torneo a raíz de la fuga de algunos talentos, la respuesta ha llegado en forma de mayor producción de canastas, que deberían entenderse aun sin serlo como la esencia de este deporte.
Como ya anunciaron los equipos en la primera jornada liguera, en la que se produjo el inicio más anotador de la competición en el último lustro, la ACB ha dado un giro de tuerca y ha vuelto a un estilo al que muchos entrenadores dieron la espalda pero que ahora parece de nuevo en boga. El baloncesto en la competición doméstica ya no va de que te metan menos puntos de los que metes. Todo lo contrario. La película va de meter más puntos que el rival. Y en este arranque liguero casi todos los equipos están tomando parte del juego.
Es probable que gran parte del mérito convenga atribuírselo a un vitoriano en el exilio. La metamorfosis que Pablo Laso ha aplicado al Real Madrid, que con un estilo dinámico, eléctrico, atractivo para el espectador ya acarició el pasado año el título, ha encontrado adeptos en los rincones más insospechados. Y a rebufo del equipo blanco, que esta temporada está batiendo sus propios registros de libertinaje anotador, un buen número de equipos se han animado a dar rienda suelta a sus ataques para ofrecer como resultado un juego mucho más ofensivo y, aunque los puristas puedan considerarlo en algunos puntos menos académico, también más atractivo para el gran público.
Hasta seis de los dieciocho equipos que componen la Liga Endesa han logrado superar en las tres primeras jornadas de competición los 80 puntos por cita. El Real Madrid, uno de los cuatro conjuntos que aún no conoce la derrota, encabeza esta clasificación con 279 puntos en estas tres primeras jornadas, lo que arroja una media de 93. Le siguen, por este orden, el otro equipo de la capital, el Estudiantes (260/86,6), el Valencia Basket (254/84,6), el CAI (246/82), el Caja Laboral (245/81,6) y el Joventut (243/81).
Choca que uno de los cuatro equipos que comanda la tabla, el sorprendente Blusens, sea el noveno equipo más anotador y que un combinado recién ascendido y que aún no ha ganado, el CB Canarias, ocupe la décima plaza con unos más que respetables 73 puntos por partido. Se mire por donde se mira, lo que parece quedar claro es que se trata de una tendencia globalizada. Habrá que ver si con el ajuste de las plantillas queda mitigada.
El año pasado sólo dos equipos, el Unicaja (que era líder) y el aún incipiente Real Madrid de Pablo Laso superaban los 80 puntos de media a estas alturas del torneo. En todo caso, ambos registraban unos dígitos de anotación bastante alejados de los que ahora ofrece el equipo blanco o incluso Estudiantes.
Mientras que en la temporada 2011/2012 se habían anotado por estas fechas 3.980 puntos en los 27 encuentros de las tres primeras jornadas, lo que arrojaba un promedio de 147,4 tantos por partido (73,7 puntos por equipo), este año han subido a los electrónicos 4.124 (152,7 puntos por partido y 76,3 por equipo). Y esto quiere decir que en global se han anotado 144 puntos más en los pabellones de la ACB, quién sabe si un clavo ardiendo para un deporte que pelea por recobrar notoriedad e índices de audiencia.