las palmas. No son pocos los aficionados baskonistas que a lo largo de la pasada recta final de la ACB icieron bromas sobre el efecto que la llegada de Andrés Nocioni pudo tener en el cambo radical de carácter y rendimiento que ofreció Nemanja Bjelica durante los play off. En realidad, bien mirado, la relación entre causa y efecto se antoja más que plausible. Y por esa regla de tres quizá habría que reclamarle al argentino parte de los enormes méritos que está aglutinando el alero serbio en este inicio de curso.
El Caja Laboral tuvo ayer tres estiletes destacados en el asalto a La Roca. Y dos de ellos son precisamente esos dos jugadores que por cuyas diametralmente opuestas, a primera vista, maneras de entender el baloncesto dieron origen a tantos chascarrillos y chanzas.
Nemanja cuajó un partido colosal en Las Palmas. Y no sólo por lo que reflejaba la estadística, esas dobles figuras en puntos y rebotes que lo hacían más llamativo para la mayoría. El serbio, ante todo, dio un paso al frente en cuanto a asumir liderazgo, sobre todo en defensa, que es algo de lo que el Chapu puede dar lecciones. De hecho, así lo hizo en el arranque de ensueño que protagonizó el cuadro azulgrana.
Maciej Lampe, otro de los destacados dentro de un excelente nivel colectivo, ofreció también su particular clínic de cómo un interior debe interpretar el pick and roll. La determinación y al mismo tiempo suave precisión con la que culmina esta suerte lo convierten, amén de otras virtudes, en un arma letal.