Vitoria. No es el primer reto de altas proporciones que afronta el Baskonia. Ni de lejos se trata del primer Everest que se planta en medio del camino azulgrana pero lo cierto es que la apertura de la Euroliga se ha puesto más que cuesta arriba para un Caja Laboral que deberá, dicho sea de paso, escalar muchos más picos de magnitud similar a lo largo de la temporada según parece. El carácter Baskonia es ahora, más necesario que nunca.

A la falta de conjunción en estas primeras citas -se apreció una buena sincronía ante el Cajasol pero todo hace indicar que los pupilos de Aíto García Reneses están más que verdes-, se le ha unido una drástica plaga de lesiones que ha dejado a media plantilla, si no k.o., prácticamente inutilizable. Si extrapolamos la situación baskonista al pabellón de la Paz y de la Amistad del Pireo el resultado es de todo menos pacífico y amistoso para los hombres de Dusko Ivanovic.

Con este cuadro el Caja Laboral se ha propuesto asaltar uno de los pabellones más inabordables de Europa donde han traducido en victoria sus últimos quince encuentros europeos. El hogar del vigente rey del Viejo Continente no parece, a priori, el mejor punto de partida para emprender una nueva andanza europea. Pero no hay que olvidar el temperamento colectivo que ha formado buena parte de la historia reciente del club. Las adversidades han sido tradicionalmente un aliciente, un sugerente desafío para los grupos de masoquistas del parqué que han conformado las diferentes plantillas del Baskonia a lo largo de los últimos años y éste es, por enésima vez, el aroma que se respira en la previa de este debut europeo si uno olisquea las esencias que desprende la expedición baskonista plasmadas en las declaraciones de un Nocioni excitado por la posibilidad de verse de nuevo entre los cuatro mejores equipos del torneo.

Nocioni encabeza a este grupo en el aspecto temperamental o, por lo menos, en la vertiente mediática de aquel pero no sería justo obviar a otros estandartes de esta filosofía como el capitán. Fernando San Emeterio encarna cuando menos igual que el argentino las virtudes de lucha que exige el club.

Junto a ellos se deberán arremolinar los Lampe, Oleson, Heurtel, Nemanja... Todos ellos jugadores válidos pero de los que se espera, aún, un paso al frente. Por su parte Cabezas y Causeur tendrán la oportunidad de mostrar sus aptitudes al máximo nivel enfundados en la elástica del Caja Laboral. Se ha delegado en ellos para retomar el tiempo perdido y de ellos se espera una respuesta acorde con su capacidad, que es alta.

En lo que parece será una constante en este arranque de curso como poco, los hombres de Dusko Ivanovic deberán encomendarse de nuevo a su talento exterior para sacar adelante el partido: contención interior y despliegue de las esencias desde el perímetro. Esa parece ser la receta.