Vitoria. La posibilidad de que el Fernando Buesa Arena acoja la próxima edición de la Copa del Rey gana enteros conforme avanzan las semanas y sigue sin anunciarse de manera oficial la sede. La ACB está encontrando bastantes dificultades para dar con una ciudad capaz de asumir el canon fijado para acoger el evento y el Baskonia ha recogido el guante, siempre con la idea de rentabilizar la costosa obra a la que fue sometido el pabellón de Zurbano. Según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Josean Querejeta y sus colaboradores se han embarcado con denuedo en la empresa de dar con un patrocinador privado que permita atraer de nuevo el evento a Vitoria.
Aunque en principio existía un acuerdo para que Madrid acogiera alternativamente cada dos años el torneo (2009, 2011 y 2013), circunstancia que motivaría que se volviera a celebrar el torneo en el Palacio de los Deportes de la Comunidad, Vitoria aparece ahora en primera posición en todas las quinielas. La ACB ha variado su ritual a la hora de anunciar la sede. Mientras que era habitual que se conociera el escenario hasta con un año de antelación, en esta ocasión va a arrancar la temporada sin un pronunciamiento oficial. Querejeta ofreció en su día el Buesa Arena, pero la alternativa se está revelando menos sencilla de lo esperado.
Ante las reticencias que los rectores del club vitoriano han encontrado cuando han llamado a las puertas de las instituciones, reacias a efectuar tal desembolso en estos tiempos de apreturas económicas, el máximo mandatario de Saski Baskonia explora junto a los rectores de la ACB una fórmula que podría requerir incluso del cambio de nombre del torneo. Tal y como ha sucedido con la Liga ACB y la Supercopa (ambas competiciones han adquirido el apellido Endesa a raíz del patrocinio de la firma energética), uno de los caramelos que se está ofreciendo a los posibles mecenas es el del naming, una fórmula que podría incrementar el número de posibles candidatos.
El Baskonia, por ahora, ha tanteado a varias empresas con el fin de obtener financiación con la que hacer frente a los algo más de 900.000 euros en los que está fijado el canon de la organización. En esta ocasión, y a pesar de que instituciones como el Cabildo de Gran Canaria han manifestado un posible interés en poner dinero para acoger una futura edición del torneo, el contexto general de la economía está disuadiendo a los gobernantes, incluidos los de la capital alavesa.
A pesar de la colaboración que ha hallado en anteriores ocasiones, el Baskonia no ha recibido tanta complicidad en las instituciones como había esperado. Las arcas públicas no dan para más. Ayuntamiento y Diputación han aceptado la opción de apoyar económicamente el evento, pero en una proporción que nada tiene que ver con lo que sucedió en las ediciones de 2000, 2002 y 2008, cuando en base a los estudios que hablan del retorno económico que reporta este tipo de eventos sufragaron el canon. El Gobierno Vasco ha mostrado algo más de receptividad, pero con unas elecciones de por medio, no existen garantías, por mucho que existan estudios que aseguren que el impacto económico para la ciudad organizadora puede exceder hasta en diez veces la inversión.
El tiempo juega en contra de la ACB, que debe cerrar el asunto cuanto antes. Puede que, una vez más, Querejeta revele la solución.