Vitoria. Existe un nuevo paraíso para los baloncestistas de alto nivel. Lejos quedan los tiempos en que la Liga ACB monopolizaba los grandes fichajes y se hacía con las piezas más seductoras del mercado. La crisis se deja sentir en casi todos los lugares, aunque algunos sobreviven y hacen gala de una opulencia dolorosa. Se cuentan ya con los dedos de la mano los equipos europeos que pagan bien y de manera puntual. Ese honor corresponde a los países del Este, especialmente Rusia y Turquía, que están siendo un incesante hervidero durante este periodo estival a la hora de oficializar el desembarco de nombres a cada cual más rutilante.
El anuncio de la cantada llegada de Bo McCalebb al Fenerbahce para las tres próximas temporadas, oficializado ayer, no ha sido más que la punta del iceberg de una serie de transacciones que están dejando atónitos a los dirigentes de los conjuntos españoles, entre ellos un Baskonia que asiste impertérrito y con gesto impotente a este inflacionado mercado al que no puede acceder por motivos obvios. La lluvia de millones que se están ofreciendo a las grandes estrellas del Viejo Continente son inalcanzables para un Caja Laboral obligado este verano a recurrir a viveros de segundo o tercer nivel (Francia y Alemania) para reforzar su plantilla.
Tras el monumental fiasco que supuso la ausencia de los principales estandartes del país en la última Final Four de Estambul pese a sus millonarias inversiones, los directivos del Fenerbahce, Efes y Galatasaray han vuelto a la carga. Los tres están tirando de talonario para hacerse con los pocos elementos desequilibrantes de un mercado cada vez mas huérfano debido a los enormes tentáculos de la NBA.
El Anadolu Efes, que compartirá precisamente lote continental con el Baskonia, ha repatriado de Estados Unidos a Semih Erden, uno de los pívots turcos que decidió en su día cruzar el charco a la vista de su imparable progresión. Además de conservar a buena parte de su elenco del pasado ejercicio, Oktay Mahmuti tendrá a su disposición a los estadounidenses Jordan Farmar y Jamon Lucas. Mucho más ambicioso parece el proyecto del Fenerbahce, dispuesto de una vez por todas a reivindicar su presencia como uno de los grandes de Europa con tres fichajes de impacto. Simone Pianigiani, que ha puesto fin a su ciclo dorado al frente del Montepaschi, se reencontrará en Estambul con McCalebb y Romain Sato. Junto a ambos, la pintura ha sido reforzada con el incombustible Mike Batiste, al que un Panathinaikos de rebajas no ha podido retener.
Un escalón por debajo, concretamente en la Eurocup, también emerge con las garras afiladas un Galatasaray que acaba de contratar a Milan Macvan y semanas atrás convenció a Jamont Gordon para que asumiera las riendas del equipo. Ahora se especula con que el próximo será Boniface Ndong. Todos ellos convencidos con cifras que oscilan entre el millón y los dos millones de euros que hoy en día resultan imposibles de pagar, por ejemplo, en el Buesa Arena.