vitoria. Fernando San Emeterio mostró ayer su entusiasmo por poder volver a disputar un gran campeonato de selecciones con la española. "Estoy contento por volver a estar con este grupo y por jugar unas Olimpiadas que es algo que todo jugador quiere vivir", concedía el escolta.

El baskonista hacía público lo que ya se sabía; el buen ambiente imperante dentro de un colectivo que ya lo ha ganado casi todo, extremo que no les impide -es más, ayuda- mantener el hambre en el ámbito competitivo: "Somos un grupo de amigos, iremos a dar el máximo para conseguir una medalla".

No obvió el cántabro el cariz espcial que tien este torneo dentro de la disciplina de la canasta. Sin duda, los Juegos Olímpicos tiene un halo especial para estos deportistas. Considerados por muchos como el mundial oficioso del baloncesto y con efemérides como la irrupciópn del Dream Team, -de nuevo para muchos- el equipo más perfecto de a historia, las Olimpíadas son un caramelo para cualquier baloncestista y así lo veía el propio San Emeterio. "Seguro que son especiales, yo nunca he jugado ninguna y me hace mucha ilusión", reconocía.

El cambio de rol del Baskonia a la selección española no es problema para un jugador que sabe de brega tanto como cometidos reservados para jugadores más pulcros: "Supongo que tendré un rol parecido al Europeo, aportar esa agresividad esa defensa y mi juego, en definitiva. Mi rol no es como el que tengo aquí, en el club", admitía el cántabro.

En contra del año en que acudió a su segunda convocatoria cuando "tras ser MVP de la Liga y estar en el quinteto ideal en Euroliga, había expectativas" sobre su papel en la selección, este año su rol, ya conocido, parece claro. En todo caso, Saneme, intentará "dar el máximo para que el equipo gane y no para el lucimiento personal", como ya hiciera en sus anteriores presencias internacionales.