Vitoria. Todo el tiempo que el baskonismo ha aguardado pacientemente para que Maciej Lampe volviera al equipo tras su grave lesión en la pretemporada estaba más que justificado. El poste polaco firmó una auténtica exhibición (21 puntos y 11 rebotes) en el partido que abrió la serie de semifinales entre el Real Madrid y el Baskonia. Desequilibró el entramado defensivo tejido por Laso y sacó a sus espigados pares fuera de la zona para lucir su muñeca. No contento con ello, formó una conexión diabólica con Pablo Prigioni que permitió al combinado azulgrana incendiar una serie a la que muchos otorgaban un favoritismo merengue. El argentino volvió a mostrarse imperial en la dirección, cortando las alas a un anfitrión que acostumbra a poner en práctica un juego vertiginoso que esta vez brilló por su ausencia ante el baloncesto control que desplegó el de Río Tercero en los minutos finales cuando se coció la suerte del ganador. Otro destacado con mayúsculas en las filas alavesas fue Nemanja Bjelica, que se fajó en labores destructivas y dio la puntilla a los locales gracias a sus ingentes gotas de talento.