Fuenlabrada. Nocioni ha cambiado muy poco desde que abandonó hace ocho campañas el Buesa Arena para recalar en los Bulls de Chicago. El alero argentino actúa con la misma energía y ambición sobre la pista. Es un volcán en erupción que, en ocasiones, no se puede contener. Ayer volvió a demostrarlo con esa técnica que le decretó Juan Carlos Mitjana en el tercer cuarto por protestar una balón que se perdió por el fondo. El alero santafesino, indignado con la acción, se encaró con uno de los colegiados más veteranos de la competición que no dudó en castigar ese exceso de verborrea. La afición local la tomó con él e incluso le dedicó algún insulto que no hizo sino motivar más a un jugador que se deja la vida en cada jugada. Otros protagonistas destacados de la reacción fueron Prigioni, que desplazó por completo a Heurtel a partir del minuto 5, y Oleson. Ambos, que en su día vistieron la elástica fuenlabreña y contribuyeron al crecimiento de un club modesto, firmaron una interesante producción ofensiva que permitió al Baskonia amarrar la tercera posición de la fase regular y frenar la sangría de derrotas a domicilio.