vitoria. La Comisión Delegada de la ACB, formada por diez clubes entre los que se encuentra el Baskonia con un elevado poder de decisión, dio ayer en Madrid un nuevo paso hacia la búsqueda de la añorada estabilidad económica de todos sus asociados. En una reunión mantenida en el estadio Santiago Bernabéu, donde Josean Querejeta volvió a ser una de los voces cantantes, se avanzaron posturas a la hora de redactar un documento que endurezca sobremanera las exigencias económicas a aquellas entidades que atraviesan hoy en día una crítica situación financiera. La principal conclusión del cónclave es que todos los equipos deberán cumplir a rajatabla en el futuro ciertos requisitos en aras de garantizar su inscripción en el torneo.

Por si la ACB no tuviera a corto plazo importantes frentes que solucionar para relanzar una competición huérfana de reclamos mediáticos y que está perdiendo adeptos a pasos agigantados con unas pésimas audiencias televisivas, un nuevo cisma de consecuencias imprevisibles amenaza con agitar más si cabe esta crisis interna. Con el posible pretexto de reducir el número de equipos y aligerar un calendario demasiado cargado de partidos como trasfondo -algo que, por otra parte, viene persiguiendo Jordi Bertomeu durante los últimos años-, los pesos pesados de la ACB entienden que aquellos clubes morosos que acumulen deudas tanto con la Seguridad Social como con la Agencia Tributaria o, al mismo tiempo, no estén al día en el pago de las nóminas a los jugadores deben ser excluidos para robustecer los cimientos del devaluado torneo.

Con varias entidades intervenidas judicialmente y al borde de la desaparición en el caso de que no acudan en su rescate las instituciones locales, el nuevo director general de la ACB ha consensuado con los grandes la redacción de un borrador que se mantenga al acecho de los morosos. En esta delicada situación se encuentran dos históricos como el Joventut y el Estudiantes, además del Alicante y el Valladolid, lugares donde los jugadores acumulan notables retrasos a la hora de percibir sus nóminas. Lo sospechoso del caso es que, lejos de atarse el cinturón para afrontar esos pagos tan urgentes y buscar soluciones que le permitan ingresar algo de dinero en sus vacías arcas, tanto el club colegial como el pucelano no han dudado en salir el mercado para incorporar a nuevos fichajes.

El reglamento redactado por la Comisión Delegada tiene, en líneas generales, como principal objetivo "establecer un mínimo de generación de ingresos por parte de cada club o sociedad anónima para acceder y permanecer en la ACB, así como el de promover su estabilidad y solvencia mediante la implantación de un sistema de supervisión y control económico efectivo sobre su presupuesto de gastos".

Entre las principales medidas que entrarán en vigor destaca el hecho de que los clubes tendrán la obligación de saldar sus deudas con los jugadores antes del 15 de junio. Esa será igualmente la fecha tope para que se presenten los certificados de estar al corriente de pago con el fisco o se abone a los proveedores el dinero pendiente. La patronal, por último, también exigirá a partir de la próxima campaña a los asociados unos ingresos mínimos de 2,5 millones de euros debidamente justificados.