Vitoria. El Iradier Arena, feudo en el exilio, acoge esta tarde (20.45 horas) uno de esos partidos que pueden marcar de manera definitiva la temporada continental del Baskonia. El equipo de Dusko Ivanovic se juega mucho más de lo que tendría que jugarse en el que es el primer partido de la segunda vuelta de esta primera fase, otras veces tan llevadera. Pero es lo que hay. La inesperada derrota del pasado miércoles ante el Gescrap Bizkaia en idéntico escenario ha obligado al conjunto azulgrana a subrayar la cita de hoy en el calendario.
Con cinco partidos todavía por disputarse, nada será definitivo. Sin embargo, la igualdad reinante en un grupo en el que todavía ninguno de sus componentes ha quedado descabalgado aporta una trascendencia añadida a las citas que cada uno de los equipos disputan en feudo propio. Al Caja Laboral, en este sentido, le quedan dos balas, dos únicas citas al abrigo de su fiel hinchada, para sentenciar un pase al Top 16 que en vista de cómo había comenzado su andadura en la competición continental nadie habría puesto en entredicho hace tan sólo unas semanas.
Es la realidad de un equipo que no acaba de arrancar, donde los refuerzos continúan cediendo todo el protagonismo a la vieja guardia mientras Ivanovic sigue jugando al despiste en la concesión de roles. En un principio, los resultados en la Euroliga (tres victorias consecutivas) ocultaban las carencias. Pero los dos reveses consecutivos ante Nancy y Bilbao Basket han vuelto a encender las alarmas.
"Está claro que no podemos fallar de nuevo ante nuestro público si queremos cerrar la clasificación", manifestó ayer Ivanovic, que alertó del potencial del rival, un plantel tradicionalmente rebosante de nombres pero rara vez temible como conjunto. "El Fenerbahce es un equipo peligroso, que mejora con el paso de las semanas", insistió el técnico montenegrino, que apeló a virtud que, a tenor de sus comparecencias, debe de encerrar la clave de este deporte: "Debemos tener paciencia y desplegar una buena defensa para contar con opciones de victoria", redundó.
Muchos reencuentros El de esta tarde será un partido marcado por los reencuentros. El primero, y fundamental para la hinchada baskonista, será el regreso de un Goran Dragic que todo parece indicar que debutará con la elástica azulgrana cinco años después de que fichara por el club vitoriano antes de buscarse la vida en la NBA. El concurso del base esloveno de los Suns puede aportar otro aire a la dirección del conjunto gasteiztarra, condicionada por la falta de horas de vuelo de uno de sus timoneles (Thomas Heurtel) y el exceso del otro (Pablo Prigioni). Llegado en principio para cubrir la baja por lesión de Reggie Williams, Dragic deberá pelear por unos minutos en el perímetro que están bastante caros ante el overbooking de efectivos.
No será, sin embargo, la única cara conocida con la que se encontrará la afición en el Iradier Arena. El técnico que condujo al Baskonia a su segundo entorchado liguero, Neven Spahija, comanda un plantel en el que militan el eléctrico Roko Ukic y el en su día decepcionante Kaya Peker. Los turcos, que suman el mismo balance de victorias y derrotas pese a su trapiés en la jornada inaugural ante el equipo azulgrana, llegan a Vitoria con las bajas del veterano Turkcan, Marko Tomas y Atsur. En cualquier caso, disponen de una plantilla muy compensada y que obligará al Caja Laboral a afinar su puntería para no errar el tiro en un duelo en el que se puede perder más de lo que se puede ganar.