Vitoria. Mindaugas Timinskas y, por ende, el Baskonia acaban de ganar una de las batallas legales más agrias que se desataron en su día en el deporte de la canasta. En un farragoso conflicto que involucró a la ACB -abanderada, entre otros, por el club vitoriano siempre pionero a la hora de forzar la libre circulación y la apertura total del mercado- en contra de la Federación Española de Baloncesto, el Sindicato de Jugadores y el Consejo Superior de Deportes para defender la legalidad de los denominados comunitarios B, el exjugador azulgrana -ya retirado y con residencia fijada en Estados Unidos- ha sido indemnizado por daños y perjuicios tras serle impedido actuar sin ocupar plaza de extranjero durante la temporada 2001-02.
Su caso desató una feroz polémica en septiembre de 2001 después de que el máximo organismo no reconociera la condición de comunitario del jugador y le impidiera participar con dicho estatus en la Liga ACB de aquella campaña, en la que el club vitoriano acabaría conquistando su segundo entorchado liguero. Tal y como reconoció la Audiencia Nacional, la medida contravino los acuerdos de asociación que Lituania, país de origen de Timinskas, había suscrito meses antes con la Unión Europea por los que un trabajador procedente de dicho lugar debía recibir en todo el espacio de la Comunidad Europea idéntico trato que sus propios ciudadanos para ejercer cualquier profesión. Como dicho derecho fue vulnerado por la resolución del Consejo Superior de Deportes, el báltico interpuso una demanda para reclamar una indemnización.
Después de que el Gran Canaria impugnara el primer partido liguero de aquel curso, saldado con victoria del antiguo Taugrés (73-80), el Juez Único de Competición entró de oficio a instancias de la Federación y acordó dar por perdida la cita a los alaveses debido a la alineación indebida del lituano, que no podía ser inscrito como extranjero dado que dichas plazas estaban reservadas para Bennett y Tomasevic. El jugador se vio obligado a negociar su salida de Vitoria y fichar por el Paris Saint Germain. La sentencia reconoce ahora "una devaluación económica" al verse obligado a disputar una competición de menor nivel y dejar de percibir, entre otras cantidades, las bonificaciones que le hubieran correspondido por el brillante doblete conquistado aquella temporada por el Baskonia.
La Audiencia Nacional condenó el pasado 25 de enero al Comité Superior de Deportes a indemnizar al exterior en concepto de daños y perjuicios, pero no ha sido hasta octubre cuando la cantidad ha sido sufragada. Timinskas se ha declarado "muy satisfecho" porque su honor se ha visto, en parte, restituido. "Quiero agradecer especialmente a mis agentes y abogados su buen hacer, su perseverancia y toda la ayuda que me han prestado a lo largo de estos años", corrobora. Ahondando en las consecuencias de este caso, su representante Jordi Jané quiere exponer que "la sentencia es una prueba más de que el baloncesto ha perdido recursos, tiempos, energía y muchos posibles seguidores como consencuencia de las interminables batallas jurídicas libradas entre los diferentes actores alrededor".