Hay días en los que es mejor no levantarse de la cama. En el caso de Antoine Wright, jamás podrá olvidar la fecha del pasado 12 de octubre en el Palau Blaugrana. El alero del Estudiantes, que amenazará esta tarde la integridad del Caja Laboral en el marco de la octava jornada liguera, vivió posiblemente la peor pesadilla de su carrera deportiva. Aquella velada será siempre recordada por haber acogido la peor actuación de un baloncestista en la historia de la ACB. Frente al armazón más poderoso de la competición, que infligió una sonrojante derrota (97-51) al rival vitoriano, el estadounidense firmó uno de esos papeles que ni el mayor de sus enemigos podría haber soñado.
En uno de esos duelos donde el aro se vuelve diminuto, su carta de tiro resultó esperpéntica. Wright desperdició sus siete tiros de dos, sus tres triples también se estrellaron ante el aro y sus dos tiros libres se fueron al limbo. Por si fuera poco, no capturó ningún rebote y su estado de ansiedad se tradujo en cinco pérdidas y cinco faltas. Como contrapunto en el lado positivo de la balanza, apenas facturó una recuperación y sus pares le efectuaron dos personales. Todo, en definitiva, para un desastroso -19 de valoración que quedará en los anales más negros de la competición.
Quienes habían confiado en sus servicios para la Supermanager no dudaron en tirarse de los pelos ante semejante estropicio. El irrisorio registro firmado por Wright batió con creces las anteriores plusmarcas en la ACB, que estaban en poder de Berni Rodríguez, Dani Pérez y Rico Hill, todos ellos con -13. A nivel continental, Tre Simmons tenía el dudoso honor de haber firmado un -15 en la primera fase de la Eurocup correspondiente a la temporada 2009-10 cuando militaba en las filas del Hapoel Jerusalem. Ninguno, sin embargo, acertó a superar los despropósitos del estudiantil en la segunda jornada liguera. Lejos de esconderse, el protagonista no dudó en dar la cara al día siguiente. "Sí, conozco mi valoración. Sé que ha sido -19 y de eso no puedo sacar nada positivo. Yo juego para ayudar al equipo, y tenemos que valorar el partido en su conjunto. No tiraba pensando en mi valoración, en si había fallado antes, sino porque creo que es lo que debo aportar al equipo", subrayó.
un personaje singular Lo cierto es que este irregular exterior de 27 años y 2,01 metros de altura está rayando por debajo de las expectativas en su primera incursión en el baloncesto europeo. Apenas promedia 11 puntos y 2 rebotes por partido con unos mediocres porcentajes del 34% en tiros dobles (20 de 58) y 29% en triples (9 de 31). Comparado por los expertos durante su etapa universitaria con el mismísimo Dwayne Wade, resultó elegido en una posición elevada -número 15- en el draft de 2005 por New Jersey que precedió su periplo de seis años en varias franquicias de la NBA como los Nets, los Mavericks, los Raptors y los Kings. De Sacramento, donde únicamente disputó siete partidos, salió la pasada temporada por la puerta de atrás después de mantener un conflicto con el entrenador, así que vivió en los primeros meses del año una exótica experiencia en el Jiangsu Dragons chino para poblar de dinero sus bolsillos.
Adicto a los videojuegos, fanático del fútbol americano y degustador de los tacos mexicanos, Wright -rebautizado por La Demencia como Antonio- constituye un tipo peculiar debido a los numerosos tatuajes en su cuerpo. En su brazo derecho, luce tres dedicados a su signo del zodiaco (acuario), la familia -lleva grabadas las letras The Choosen One por haber sido el único profesional de una saga con un profundo fervor hacia este juego- y su barrio natal de West Covina. Imprevisible y de lo más inconsistente, el Baskonia confía en que su muñeca continúe dormida.