Vitoria. Un mal que no se supo corregir. Ese fue el origen de los problemas que llevaron al Caja Laboral a encajar en la noche de ayer su segunda derrota consecutiva en la Euroliga. Al menos, en opinión de Dusko Ivanovic. Y es que para el preparador baskonista fue "la falta de tranquilidad al comienzo y el final" de la contienda frente al Gescrap Bizkaia el causante del inesperado traspié continental.
El técnico montenegrino no tuvo el menor empacho en reconocer que el combinado bilbaíno actuó "mucho más tranquilo" durante los cuarenta minutos del duelo a pesar de los numerosos problemas que le acechaban antes del salto inicial y los que se le reprodujeron durante el desarrollo del choque. Lo que no supo explicar Ivanovic fueron los motivos por los que sus discípulos no mostraron que se esperaba ni tan siquiera cuando habían hecho lo más difícil y gozaban de una cómoda renta de cinco puntos a falta de menos de dos minutos para la conclusión del encuentro. Tampoco ofreció claves que permitan entender por qué mantuvo durante interminables minutos a los dos cincos puros del equipo -Seraphin y Dorsey- en el banquillo cuando su presencia sobre el parqué se antojaba imprescindible.
Lo que sí asumió el montenegrino es que el Caja Laboral echó por tierra todo el trabajo anterior jugando de la peor manera posible los dos últimos minutos del duelo, decisivos para la resolución del mismo. En este sentido apuntó que "en los momentos importantes hemos vuelto a estar sin tranquilidad y es difícil ganar si pierdes dos balones en las jugadas claves. Además, tampoco tuvimos la fuerza necesaria atrás para corregir esos errores con la defensa". En cualquier caso, Ivanovic no se mostró especialmente preocupado por el trabajo de su equipo. "Perdimos un partido que pudimos ganar", zanjó.
Manteniendo esta misma línea, el técnico baskonista realizó un análisis bastante tranquilo sobre la situación en la que se queda a partir de ahora el Baskonia dentro de la Euroliga. "Estamos como al principio. El grupo está muy igualado y necesitamos ganar tres partidos de los que quedan para meternos en la segunda fase", argumentó.
Bastante más contundentes que el entrenador balcánico se mostraron algunos de sus pupilos. De esta manera, el cántabro Fernando San Emeterio resumió lo sucedido durante los cuarenta minutos con un contundente "al final lo hemos tirado todo por la borda". En parecidos términos se expresó también Pablo Prigioni. El timonel argentino no acertaba explicar lo sucedido sobre el parqué del Iradier Arena y únicamente señaló que "la victoria se nos fue de manera increíble".
La otra cara de la moneda era Fotis Katsikaris. El técnico del Gescrap destacó que "los jugadores estaban convencidos de que podíamos ganar este partido a pesar de los problemas y al final logramos un gran triunfo".