Vitoria. La encarnizada rivalidad histórica entre el Baskonia y el Gescrap Bizkaia vivirá esta noche un nuevo y especial capítulo en un escenario mucho más glamouroso. Se trata de un duelo inédito en un torneo donde nunca se habían visto las caras y cuyo primer combate amanece con indudables alicientes. Uno se ha ganado a pulso la vitola de clásico con numerosas cicatrices en el cuerpo, habiendo rozado el título en innumerables ocasiones. El otro es un novato en estas lides que aspira a dejar alto el pabellón. Dos enemigos irreconciliables que han librado hasta ahora infinidad de épicas batallas en la Liga ACB, la Copa del Rey la Supercopa están citados, a partir de las 20.30 horas, en el Iradier Arena en la jornada que servirá para clausurar la primera fase de la Euroliga. Y lo hacen sumidos en un desigual estado de forma después de firmar sendas trayectorias antagónicas en estos albores de temporada.

Mientras el conjunto vitoriano posee un colchón más que suficiente para sellar sin grandes agobios el pasaporte hacia el Top 16 debido a las tres victorias que figuran en su casillero, los discípulos de Fotis Katsikaris deberán sudar tinta china para alcanzar su objetivo tras el solitario éxito materializado ante el Olympiacos en su esperanzador bautismo continental. Pese a su paso atrás en la pista del Nancy que le ha privado de dar otro golpe de efecto en pos del liderato de grupo y el objetivo hecho de que se encuentra inmerso en una inquietante crisis de juego, este resultadista Caja Laboral camina con paso firme por una competición que no consiente titubeos ante la feroz competencia. En su primera incursión en la élite europea, en cambio, los jugadores vizcaínos corren el serio riesgo de pagar la novatada y acusar su evidente falta de experiencia a tenor de las escasas tablas que ha acreditado en sus tres últimas derrotas consecutivas ante el Sluc Nancy, el Bennet Cantu y el Fenerbahce.

precedentes de un color Por si fuera poco, este ambicioso Bizkaia que acaba de asegurar su estabilidad económica con un millonario acuerdo de sponsorización se verá obligado a lidiar contra la adversa estadística que le acompaña en sus duelos directos contra el vecino. De los 37 enfrentamientos que han protagonizado a lo largo de la historia, 29 se han decantado a favor de los alaveses por únicamente 8 hacia su lado. De ahí que todos los pronósticos de la cátedra estén claramente orientados hacia un incontestable triunfo del anfitrión, que puede dejar herido de muerte a uno de sus rivales acérrimos en caso de victoria para regocijo de una hinchada que no olvida el ambiente hostil que vivió en sus carnes en la última Supercopa.

Antes de que el otrora Cajabilbao consumara un traumático descenso al final de la temporada 1990-91, el extinto Caja Álava -y después Taugrés- ya había exhibido su hegemonía imponiéndose en 11 de los 15 partidos celebrados hasta ahora. La tónica no ha variado desde que los hombres de negro ascendieron a la ACB a mediados de la pasada década. Los doce triunfos baskonistas contrastan con las cuatro victorias de su rival, siendo el 2 de diciembre de 2007 la única vez que el tirano del baloncesto vasco se mostró vulnerable en el Buesa Arena. Los seis restantes enfrentamientos, repartidos a partes iguales entre el play off por el título liguero, la Copa del Rey y la Supercopa también han desembocado en un triunfo vitoriano.

Así que, frente a un adversario en horas bajas que encima no podrá contar con el concurso de Hervelle, relevado por el bosnio Krupalija para el próximo mes y medio, todo pinta a favor del equipo adiestrado por Ivanovic para cosechar la cuarta victoria y dar otro pasito hacia la siguiente fase. En cualquier caso, resultará imprescindible que el Caja Laboral eleve la clarividencia de su juego ante una de las defensas más endebles a las que se ha medido hasta ahora. El Bizkaia, que se halla por primera vez ante el complejo reto de disputar dos partidos por semana, se está desangrando por la facilidad con la que encaja puntos y la irregularidad de algunos elementos clave como Jackson, Fischer y el siempre imprevisible Vasileiadis. Mumbrú, que vive una segunda juventud, y sobre todo el elegante Banic se han erigido en sus principales bastiones ofensivos en estos dubitativos albores de campaña. Sólo resta confiar en que el Baskonia eche más leña al fuego de su inconsistencia y prolongue este estado de confusión.