Vitoria. Son pocas las conclusiones que se pueden extraer de un partido que no existió. En una matinal en la que muchos aficionados estaban más pendientes del continente -el Iradier Arena se ha ganado a pulso el sobrenombre de Iglú Arena- que del contenido, el Caja Laboral pasó por encima de un raquítico Blusens Monbus. La jornada dominical deparó un partido frío en ambos lados, tanto en el parqué como en la grada, y ni el propio Dusko Ivanovic tenía muchas ganas de valorar un encuentro sin historia. "Hemos conseguido mantener todo el partido la defensa que queríamos, más o menos, con algunos errores que creo que son normales. En ataque en cambio nos ha faltado fluidez, conocer mejor los sistemas y que el balón circule. Pero lo importante era mantener una buena defensa y ganar el partido", resumió un fugaz Ivanovic en la improvisada sala de prensa levantada en las entrañas de la plaza de toros.
Eso sí, antes de partir rumbo a su hogar el entrenador azulgrana quiso tener unas palabras de elogio hacia Joey Dorsey, que ayer por fin aportó destellos del trabajo sucio para el que ha sido fichado. "Espero que se pueda adaptar más rápido y nos aporte cosas", confió el balcánico. Por su parte, los jugadores del cuadro vitoriano coincidieron con su jefe a la hora de resaltar la importancia del triunfo pese al bajo nivel exhibido por el rival gallego. "Era un partido en el que podías restar más que sumar. Son el tipo de encuentros que al final te hacen estar arriba y ganar confianza", subrayó Pau Ribas, que tras su excelsa actuación el pasado miércoles ante el Olympiacos volvió a disfrutar de un rol residual, siendo además el tercer jugador menos utilizado ayer por Ivanovic. "Los minutos son los que son. En algunos partidos juegas más y en otros menos, pero es porque hay otros compañeros que juegan bien. Para esa estamos en un club como el Baskonia", se resignó el catalán.