Apenas tres solitarios minutos de juego en cuatro partidos. Menos, imposible. El futuro de Dejan Musli, un expediente X en Fuenlabrada, ya está visto para sentencia. Cuando restan apenas diez días para que expire la cesión de un mes del bisoño poste balcánico en el sur de Madrid, todas las partes implicadas han interiorizado el desenlace de una operación escasamente productiva para los intereses del Caja Laboral. Cuando todo hacía indicar que el modesto club madrileño iba a convertirse en un acomodo ideal para que, la considerada en su día, una de las mejores promesas del Viejo Continente se fogueara y dispusiera de unos imprescindibles minutos para finalizar su proceso de formación, el ostracismo del jugador baskonista ha destapado la inquietud y también la irritación de todos los estamentos del club vitoriano.

La sistemática ausencia de Musli en todas las comparecencias ligueras del Fuenlabrada constituye otro golpe bajo para el crecimiento de un diamante por pulir que corre el riesgo de quedarse a medio camino si no encuentra a corto plazo un equipo en el que disponga de continuidad. Tras actuar poco más de dos minutos y medio en la segunda jornada ante el Manresa -en aquella ocasión manchó su estadística con una pérdida-, Porfi Fisac no le incluyó en las convocatorias de los siguientes duelos ante el Estudiantes y el Joventut. Un esguince sufrido por Cortaberría permitió el pasado domingo a Musli vestirse de corto otra vez en el banquillo frente al Barcelona, pero el interior propiedad del Baskonia hasta junio de 2015 fue el único integrante local que no actuó ningún segundo.

La vuelta del lesionado Gustavo Ayón, principal bastión del conjunto madrileño en la pintura, y la presencia de otras piezas como Leo Mainoldi, Mouhamed Sené o el canterano Adrián Laso han cerrado por completo las puertas a Musli, quien tiene los días contados en el sur de la capital. "Su continuidad es muy complicada. Si no juega, no es porque su actitud sea mala o no tenga ganas de trabajar, sino por motivos exclusivamente técnicos", aseveraron ayer a este periódico fuentes del club fuenlabreño.

Lo cierto es que el Baskonia deberá ponerse rápidamente manos a la obra para encontrar un nuevo lugar de destino para el cinco nacido en Prizren, una de las apuestas más ambiciosas de Josean Querejeta en el verano de 2010 junto a su compatriota Nemanja Bjelica. No lo tendrá fácil, ya que el juego interior de aquellos equipos susceptibles de acoger al poste entre sus filas está cubierto y, a lo sumo, una lesión de última hora podría precipitar un interés. De ahí que cobre fuerza la posibilidad de que Musli recale en alguna otra liga europea donde su cartel sea lo suficientemente atractivo. La única evidencia es que las manecillas del reloj corren en su contra y, mientras otros dominadores de su generación como Valanciunas o Kanter ya han empezado a demostrar sus credenciales, el azulgrana continúa anclado en el más profundo de los anonimatos.