vitoria. Tras dos dolorosas derrotas consecutivas ante el CAI Zaragoza y el Valencia Basket, donde además la imagen ofrecida por el Baskonia distó mucho de la que se presupone a cualquier aspirante al título, las primeras urgencias ya se han instalado alrededor del nuevo proyecto. Coincidiendo esta mañana con la visita a Valladolid, conviene frenar cuanto antes una espiral peligrosa y empezar a remontar el vuelo para no distanciarse de unos puestos cabeceros en los que están ubicados todos los rivales directos encabezados por el Unicaja.

El equipo vitoriano inicia con esta salida a tierras pucelanas un plácido tramo del calendario que debería encaramarle hacia la zona noble. Justo tras rendir visita a los de Luis Casimiro, llegarán los duelos caseros ante el Blusens y el Alicante que precederán otro choque foráneo frente al Estudiantes. Es decir, cualquier cosa que no sean cuatro victorias consecutivas sería considerado como una decepción dada la aparente superioridad alavesa sobre este cuarteto.

Sin embargo, las reservas están justificadas dado que el actual Caja Laboral se encuentra hoy en día lejos de ser un grupo compacto que gobierne los encuentros. Demasiado laxo en defensa y muy intermitente a la hora de atacar, donde se ha encomendado en estos albores de curso a la prodigiosa muñeca de Mirza Teletovic para minimizar la falta de ideas, el conjunto de Ivanovic se muestra vulnerable y frágil cuando enfrente emerge un oponente dispuesto a hurgar en la herida.

enfermería despejada La noticia positiva es que el montenegrino podrá disponer por primera vez del grupo al completo desde que arrancara el presente curso liguero. Tanto Reggie Williams como Joey Dorsey, recuperados de sus respectivas dolencias, integraron ayer la expedición con destino a tierras vallisoletanas y podrán ser de la partida si el técnico lo estima conveniente. La vuelta del primero diversificará las amenazas desde el perímetro, mientras que el ingreso del pívot se antoja más relevante si cabe que el de su compatriota dadas las alarmantes carencias azulgranas exhibidas hasta ahora en la pintura. Con el ansiado debut de la mole nacida en Baltimore, Milko Bjelica será reciclado teóricamente ya a su posición natural de ala-pívot y Kevin Seraphin -cada vez más residual en los esquemas- dispondrá de otro escudero en el puesto de cinco puro.

Enfrente dará la réplica el siempre aguerrido Valladolid, un ejemplo perfecto de la modestia bien llevada si bien parece algo obvio que los pucelanos han perdido el factor sorpresa y no poseen el mismo potencial que la pasada temporada tras la marcha de piezas fundamentales como Van Lacke, Slaughter o Eulis Báez. Con varios fichajes modestos procedentes de la LEB Oro, el equipo adiestrado por Luis Casimiro ha protagonizado un arranque dubitativo a la espera del desenlace de su duelo ante el CAI, que fue aplazado debido al retraso en la concesión de los transfer de Touré y Bagaric, dos de sus refuerzos para completar la batería interior.

El recuerdo de la fatídica última visita a Valladolid, donde el Caja Laboral sucumbió con rotundidad (78-64) tras una de las actuaciones más delirantes de los últimos años, también produce cierta inquietud. De ahí que cualquier atisbo de confianza esté desterrado para la jornada de hoy, marcada en rojo en el calendario para retomar nuevamente una inercia victoriosa a nivel doméstico que se perdió desde aquella victoria de prestigio en La Roca insular.