Vitoria. Mientras la crisis ha golpeado de lleno a la mayoría de los clubes a la hora de fichar, el dinero ha fluido a borbotones durante el verano en Turquía. Sus multimillonarias inversiones han constituido la excepción que confirma la regla en un mercado bastante comedido y sobresaltado igualmente por la irrupción como un elefante en una cacharrería del Armani Jeans, el nuevo rico italiano. Con la vista puesta en disputar la Final Four de Estambul en mayo de 2012, los tres representantes otomanos han tirado la casa por la ventana para conformar unas plantillas galácticas.
Si el Anadolu Efes -convertido las últimas temporadas en un cementerio de elefantes y un lugar propicio para que las vieja glorias recauden dinero- hace de sus excelentes individualidades un sólido bloque, será uno de los principales candidatos al reinado. Además de firmar a los exbaskonistas Barac y Batista, el conjunto cervecero se ha reforzado con Ilievski, Kinsey, Savanovic y dos antiguos NBA como Ilyasova y Vujacic. El Fenerbahce de Neven Spahija tampoco le ha ido a la zaga con Jerrells, Gist, Bogdanovic y Sefolosha, mientras que el Galatasaray buscará hacerse hueco con las llegadas de Arslan, Lakovic, Songaila y Pachulia.
En Milán, ha emergido otro de los animadores del mercado estival. La llegada de Sergio Scariolo al Armani Jeans ha desembocado en una cascada de rimbombantes contrataciones con el fin de que la solvencia del baloncesto italiano no sea un patrimonio exclusivo del Montepaschi. El seleccionador español tendrá, entre otros, a Hairston, Cook, Nicholas, Gallinari, Fotsis y Bourousis.
En Grecia, un país derretido por la crisis mundial, se ha impuesto la época de las rebajas y la máxima austeridad. Cansados de perder dinero, los dueños de los dos mastodontes han evitado los derroches de ejercicios anteriores. Mientras el Panathinaikos ha podido capear el temporal reteniendo a sus principales figuras y defenderá con uñas y dientes la corona conquistada en Barcelona, la alarmante pérdida de potencial del Olympiacos -rival azulgrana- representa una evidencia incuestionable.