Vitoria. Tras una pasada temporada repleta de sinsabores en la que el Caja Laboral mostró una impotencia dolorosa, purgó la falta de carácter y adoleció de química en todo momento para aspirar a alguno de los títulos en juego, el baskonismo pretende recobrar la ilusión y rememorar las veladas más gloriosas. Todavía no se han dado los primeros coletazos a una temporada que amanece con cierta negatividad en el ambiente por el equipo conformado, pero la masa social busca clavos a los que agarrarse para inundarse de optimismo y recobrar la fe. Y así lo evidenció ayer en el rebautizado Iradier Arena durante la presentación en sociedad del remozado proyecto azulgrana, aún incompleto y pendiente del fichaje de un pívot que refuerce un juego interior cogido con alfileres. Desde un principio, volvió a quedar patente que el apoyo del sexto jugador volverá a ser uno de los grandes aliados de cara al inminente curso baloncestístico.
Fue el pistoletazo de salida definitivo para un nuevo ciclo capitaneado por el mismo timonel desde el banquillo y presidido por la drástica limpieza en el vestuario. No cabía otra alternativa para renovar las ilusiones de una afición que acabó desencantada hace unos meses ante el discreto papel de los suyos pero dispuesta a hacer borrón y cuenta nueva. El multiusos de la plaza de toros, nuevo hogar del equipo durante las obras de ampliación del Buesa Arena, acogió a multitud de aficionados ávidos de familiarizarse con las numerosas caras nuevas, rendir tributo al vigente campeón continental (San Emeterio) y, en definitiva, brindar su calor a un grupo en estado embrionario que necesitará horas y horas de rodaje para satisfacer las metas marcadas por las altas esferas.
En una tarde-noche inundada de colorido, espectáculo, música y fuegos artificiales, los flamantes cinco fichajes (Heurtel, Williams, Prigioni, Milko Bjelica y Seraphin) recibieron una cálida bienvenida. Junto a ellos, también fueron jaleados los cinco componentes de la vieja guardia -Oleson, Ribas, San Emeterio, Teletovic y Nemanja Bjelica- que han sobrevivido a la revolución emprendida por los dirigentes. Un colectivo joven, susceptible de soportar una férrea disciplina de trabajo y supuestamente con hambre de gloria que, a los mandos de Ivanovic, debe recobrar el indomable espíritu y la mentalidad de hierro que hicieron en su día del Caja Laboral un rival temible para sus oponentes en cualquier circunstancia.
grietas interiores Tras uno de los veranos más agitados que se recuerdan, marcado otra vez por las apreturas económicas y la petición de ajuste salarial a varios miembros de la plantilla, el club confía en haber conformado un plantel de calidad que siente como anillo al dedo al técnico montenegrino. Salvo Marcelinho Huertas, cuyo deseo de embarcarse en el Barcelona constituyó un serio revés pese a dejar un suculento traspaso, Josean Querejeta ha logrado su propósito de soltar lastre (Barac, Batista y Logan) y retocar a la baja algunos contratos pesados (Oleson y Ribas) para las arcas azulgranas. Antes de que el balón se lance al aire, sin embargo, las primeras dificultades ya han emergido en el camino en forma de lesiones. El polaco Maciej Lampe, una de las apuestas más ambiciosas, ha quedado fuera de combate hasta el próximo año, abriendo un boquete de dimensiones gigantescas en una pintura huérfana de kilos, músculo y centímetros.
La llegada de Seraphin no mitiga las urgencias interiores contraídas desde hace semanas. Obligado por la ausencia de mirlos blancos en el mercado, la secretaría técnica se ha visto en la tesitura de traicionar su idea inicial de no apostar por un baloncestista con contrato en vigor en la NBA. El aura de eventualidad que acompaña al francés equivale a jugar con juego y exponerse a una dolorosa pérdida bien iniciada la temporada si el lockout se desbloquea. De ahí la imperiosa necesidad de dar en la diana a la hora de incorporar otro cinco de calidad y que abra unas perspectivas diferentes. En función de su identidad, quizá se podrán calibrar las opciones reales en una temporada donde Barcelona y Real Madrid, sustentados en sus mediáticos fichajes, vuelven a centrar los pronósticos de la cátedra. Además de los dos mastodontes futbolísticos, el Bilbao Basket, el Valencia y el Unicaja emergen como otras amenazas en una campaña que echará a rodar oficialmente el próximo fin de semana con la disputa de la Supercopa. La primera oportunidad del Baskonia para regresar a la senda de los títulos y poner los cimientos de una solidez diametralmente opuesta a la del pasado ejercicio.