nueva york. El lock out de la NBA va para largo. Después de más de tres horas reunidos en Nueva York, los dueños de los equipos y los representantes del sindicato de jugadores no sacaron nada positivo. Las posturas encontradas se mantuvieron por ambas partes en los puntos fundamentales que tienen que ser aprobados en el nuevo convenio colectivo. El más expresivo al resumir cómo está la situación fue una vez más el propio comisionado de la NBA, David Stern, al asegurar que los jugadores no están por la labor de hacer avanzar la solución del conflicto. "No me siento optimista acerca de la voluntad de los jugadores a participar de una manera seria", declaró Stern con expresión seria en su rostro a la salida de la reunión.
Por su parte, el base de Los Angeles Lakers y presidente del sindicato de jugadores, Derek Fisher, también admitió que estaban muy lejos de encontrar un punto común que permita hacer posible una negociación fructuosa. El problema que bloquea todo el proceso de negociación es la distribución del dinero que tienen que recibir los jugadores y que los dueños consideran que debe reducirse del 57% del último año del antiguo convenio a un 40%. Lo único que las partes lograron en la reunión fue establecer un calendario que facilite el mayor número de reuniones posibles durante este mes.
Como se esperaba, finalmente ninguna de las dos partes llegaron el lunes a la reunión para aportar nada nuevo en cuanto a sus posiciones ya conocidas, y que obligaron al cierre de actividades en la NBA, que sigue teniendo para el próximo 1 de noviembre su fecha de inicio de la nueva temporada. Fisher reconoció la difícil posición en que se encuentra el comisionado Stern y que tanto él como el resto de los representantes de los dueños intentan avanzar en una solución, pero el problema es que las propuestas que hacen no van en esa dirección.
"Debemos trabajar con lo que está puesto sobre la mesa y en ese sentido nada ha cambiado", comentó Fisher. "Estamos muy, muy lejos de llegar a un acuerdo", incidió. "Tiene derecho a sacar sus propias conclusiones. Pero nosotros tenemos la visión opuesta de lo que está sucediendo con el conflicto", respondió Stern, que recordó que los dueños de los equipos insisten en que durante los últimos años sus pérdidas superiores a los 300 millones de dólares y que el sistema financiero de gestión debe cambiarse.