Bien avanzado el mercado estival de fichajes y a poco menos de un mes de que todos los equipos se pongan en marcha para arrancar la pretemporada, la cola de parados reúne todavía a numerosos ilustres de la canasta cuyos lazos con el Baskonia son estrechos. Entre que los clubes evitan por todos los medios los astronómicos desembolsos de antaño inducidos por la grave crisis económica, que su DNI marca ya numerosas primaveras y que el caché del trío en cuestión sigue todavía por las nubes, sorprende sobremanera que tres figuras que contribuyeron a la época más gloriosa de la entidad vitoriana a lo largo de la década anterior no hallan encontrado aún acomodo en ningún lugar. Son los casos de Pablo Prigioni, Igor Rakocevic y Sergi Vidal, tres exteriores de una calidad contrastada y que permanecen a la espera de una oferta seductora que les reenganche al baloncesto de alto nivel.
De momento, la incertidumbre derivada de su incómoda situación es más que palpable. Posiblemente, sus elevadas exigencias económicas estén ralentizando más de la cuenta su aterrizaje en alguno de los diferentes equipos que han sondeado sus respectivas contrataciones. De no mediar una sorpresa morrocotuda, los tres deberían enfundarse en breve una camiseta de altos quilates siempre que sus agentes rebajen los honorarios que vienen solicitando en las últimas semanas a los posibles interesados.
En el caso de Prigioni y Rakocevic, no han dudado en dejarse querer por el club que les catapultó en su día hacia el estrellato y donde brindaron sus mejores veladas de baloncesto. Ambos han sido ofrecidos al Baskonia, pero su hipotética vuelta se antoja harto improbable ante su avanzada edad -34 y 33 años respectivamente- y los problemas físicos que han sufrido a lo largo de la última temporada. Sin embargo, el hecho de que la plantilla vitoriana deba reforzarse aún con un base y un escolta alimenta las especulaciones en el entorno y les hace susceptibles de albergar mínimas opciones de concretar su regreso.
Mientras la cotización del timonel argentino -concentrado en estos momentos con su selección en Mar del Plata para preparar el Torneo de las Américas- ha bajado numerosos enteros tras su irregular papel en el Real Madrid, el escolta serbio conserva un buen cartel tras convertirse la pasada campaña en el máximo anotador de la Euroliga ataviado con la camiseta del Efes. Por su parte, Sergi Vidal ha estado relegado al ostracismo durante sus dos negros ejercicios en el conjunto merengue, donde ni Ettore Messina ni Emanuele Molin concedieron un mínimo protagonismo a un exterior que permaneció la friolera de ocho años en la capital alavesa. Tras el nuevo acuerdo sobre el marco de contratación por el que todos los equipos deben contar con cinco jugadores de formación en plantillas de doce, sólo es una cuestión de tiempo que el badalonés acepte una oferta. En este sentido, medios catalanes han incluido recientemente al mismísimo Barcelona entre la lista de interesados.