aparente calma y lógico compás de espera. Los despachos de los principales clubes europeos echan humo desde hace días una vez concluidas las competiciones domésticas. Debido al contexto de crisis generalizada de la que no se ha librado el baloncesto, es tiempo de valorar pros y contras a la hora de fichar, evaluar las necesidades de las plantillas y meditar cómo invertir de la mejor manera posible el dinero disponible para acometer cualquier movimiento. De ahí que el inicio del mercado estival apenas esté deparando noticias en cuanto a fichajes rimbombantes entre los equipos más opulentos del Viejo Continente. Como trasfondo de la cuestión, no sólo figura el posible lockout de la NBA sino también la indefinición respecto al marco de contratación, algo que amputa de pies y manos a los rectores deportivos a la hora de mover el árbol.
En la ACB apenas se registran los movimientos significativos hasta que se conozca definitivamente si la apertura de fronteras es una realidad o no. El más activo, de momento, es el Barcelona de Joan Creus, que además de haber renovado a tres baluartes de su dorado ciclo en los últimios tiempos como Mickeal, Lorbek y Vázquez, ha atrapado a una de las piezas más codiciadas. El elegante y versátil Chuck Eidson, capaz de rellenar de izquierda a derecha todos los apartados estadísticos, declinó seguir en Tel Aviv para aceptar la jugosa propuesta culé para las dos próximas temporadas. Sus rivales directos, que necesitan hacer limpieza a fondo en el vestuario para ponerse a la altura del ogro culé, están haciendo los deberes con más lentitud. Así se desprende de las solitarias llegadas de Heurtel (Caja Laboral), Markovic y San Miguel (Valencia) o Zoric (Unicaja). El Real Madrid sólo ha movido ficha para contratar a Pablo Laso como nuevo timonel para su banquillo, mientras que el Bilbao Basket pretende dar continuidad a su proyecto del pasado curso con las renovaciones de Mumbrú, Blums y Jackson.
En Europa, dos de los grandes transatlánticos continentales empiezan a enseñar los dientes. Es el caso del Maccabi, que ha efectuado una triple contratación con el desembarco de los exteriores Devin Smith, Jon Scheyer y Yotam Halperin. Las renovaciones de Blu y Pargo han sido los otros golpes de efecto del subcampeón continental, que sin embargo todavía llora la fuga de Eidson a la ACB. El CSKA, obligado a regenerarse tras haber abierto la puerta de salida a Smodis y asistir a la retirada de los ilustres Holden y Langdon, ha comenzado a tirar de talonario para adquirir a Sammy Mejia y Nenad Krstic. El baskonista Mirza Teletovic se mantiene, además, como otra de las prioridades del club del Ejército Rojo, que también ha prolongado los vínculos de Siskauskas y Vorontsevich. Otro conjunto ruso que regresa a la Euroliga tras conquistar la Eurocup, el Unics Kazan, espera ser una alternativa con la continuidad de Lyday y las llegadas del veterano Savrasenko y el fornido Jawai. El Khimki se conforma, hasta la fecha, con Zhukanenko y Vyaltsev.
En Turquía, sus dos gigantes también aspiran a presentar su candidatura para la Final Four que el próximo ejercicio tendrá lugar en Estambul. Mientras el Efes Pilsen se ha hecho con los servicios de Savanovic, ex del Valencia, y del rocoso Kuqo, el Fenerbahce acaba de reclutar a Bogdanovic (Cibona) y Gist (Partizan). Dos ex baskonistas como Robert Hite y Casey Jacobsen, por último, también disputarán el máximo torneo continental con el Cholet y el Brose Baskets respectivamente.