a lo largo de esta temporada, Pete Mickeal se dedicaba a mirar mientras sus compañeros ganaban. Abocado al ostracismo por culpa de una enigmática lesión pulmonar, el exjugador baskonista se convirtió en un apoyo moral para la escuadra de Xavi Pascual sentado en un extremo del banquillo. Un problema para la mayoría de jugadores, un varapalo de enormes proporciones para un ganador como él. Tras pasarse inédito casi todo el curso, restaba por saber qué decisión tomaba el Barcelona sobre su futuro. ¿Optaría por confiar en él o pasaría página a su etapa en la Ciudad Condal? Ayer, el club catalán anunció por fin la renovación de Mickeal por dos temporadas. Empieza un nuevo futuro para el hombre que dio una Copa del Rey al Baskonia hace dos años. El Barça, por su parte, prescindirá de Alan Anderson y es uno de los destinos que suena con más fuerza para acoger a Chuck Eidson, del Maccabi.

Mickeal ha vivido una de sus peores temporadas desde que es profesional. Sólo ha podido jugar ocho partidos de la ACB y cuatro en la Euroliga. Primero sufrió una condropatía rotuliana en la rodilla izquierda, y cuando ya estaba recuperado, tuvo un tromboembolismo pulmonar. El hombre de la zurda de oro aseguró ayer que, una vez recuperado, espera su mejor versión para la próxima temporada tras verse reforzado su papel en el proyecto de Xavi Pascual con esta extensión de contrato. "Tengo muy buenas sensaciones. Este club tiene una gran historia, tiene grandes jugadores, grandes entrenadores y Barcelona me gusta mucho. Espero al mejor Pete Mickeal para la próxima temporada. Seguro", manifestó en declaraciones a la web del club blaugrana, aunque matizó que será complicado volver a repetir una temporada tan exitosa como la presente, en la que el Barça ha logrado el triplete de la ACB. "Para el equipo será difícil. Cuando vienes de ganar la Liga, la Copa, la Supercopa y la Liga Catalana todo se convierte en más difícil", indicó el norteamericano. Tras una campaña prácticamente en blanco, Mickeal luchará por intentar volver a ganar la Euroliga que se escapó esta temporada con él ausente. "En la Euroliga, el equipo no me tenía. No hablo de mi como gran jugador de baloncesto, hablo de mi mentalidad a la hora de afrontar partidos. El equipo por encima de todo, la defensa por encima de todo, hablo de estos detalles que son básicos para ser campeones. A nivel personal, lo que puedo aportar al equipo es subir el nivel de los entrenamientos. Esa es la diferencia bajo mi punto de vista. No estoy diciendo que conmigo la hubiéramos ganado, pero sí que hubiéramos tenido más opciones porqué siento la defensa por encima de todo y la pasión de saber que cuando llega el momento de ganar, llega el momento de ganar", señaló el jugador, una de esas personalidades encantadas de haberse conocido. "Ha sido un año muy difícil. Te pondré un ejemplo muy gráfico: los peces necesitan del agua para vivir y yo soy como ellos, sólo que en mi caso necesito el baloncesto para vivir. Ha sido realmente difícil para mi, pero ya estoy de vuelta, me siento recuperado y espero poder ayudar al equipo la próxima temporada", apuntó el alero norteamericano antes de lanzar sus loas a un Xavi Pascual que antes de la Copa del Rey tomó la difícil decisión de dejarle fuera pese a que en ese momento parecía recuperado. El técnico apostó por Anderson, y éste le recompensó haciéndose con el MVP del torneo. Pese a todo, Mickeal sólo tiene buenas palabras para Pascual. "Es distinto. Tiene la función de líder, pero a la vez también la de un chico en el que puedes confiar. Es muy joven, pero cada vez que he entrenado con él he sabido lo que quería de mi en cada instante y esa es la razón por la que siempre he jugado duro para él. Lo más importante para un jugador es tener a un entrenador que tenga fe ciega en ti y él la tiene", concluyó.