vitoria. La Euroliga acumula 24 estadísticas individuales distintas. Desde el máximo anotador hasta el mejor reboteador, pasando por el porcentaje de tiros de tres puntos o las faltas recibidas. Finiquitados -a la espera del quinto partido entre Real Madrid y Power Valencia- unos cuartos de final de los que el Baskonia se despidió de forma estrepitosa, en 23 de esos 24 apartados ningún jugador de la escuadra azulgrana aparece en el primer lugar. Sólo en uno de ellos los baskonistas lideran -en plural, porque también copan la segunda posición- la clasificación.
Cualquiera que haya disfrutado, o más bien sufrido, los cuatro partidos de la eliminatoria ante el Maccabi podrá adivinar de qué estadística se trata. Efectivamente, los pupilos de Dusko Ivanovic únicamente son los mejores en una estadística, la de los jugadores que más minutos han disputado a lo largo de la serie. El honor corresponde a los dos hombres sobre los que el conjunto vitoriano ha sustentado su devenir por todas las competiciones en la presente campaña.
El primero, Fernando San Emeterio, que acumula un increíble promedio de 35 minutos por partido. En el segundo cajón del podio aparece Mirza Teletovic, con tan sólo once segundos menos de media por encuentro (34:49) que su compañero de taquilla. Tras ellos, ya con un acumulado de dos minutos menos, se sitúa precisamente otro exbaskonista, el ahora merengue Pablo Prigioni, con 32 minutos y 49 segundos.
Por si no fuera suficiente, estirando la clasificación hasta el Top 10 encontramos en la novena posición a la tercera pata del banco diseñado por Ivanovic, Marcelinho Huertas, con un promedio de 31:10. En total, de los ocho clubes que se han jugado los cuartos con la ilusión de plantarse en la Final Four de Barcelona el Caja Laboral es el equipo que cuenta con más jugadores en la lista, seguido de Real Madrid (Prigioni y Llull), Power Valencia (Cook y Javtokas) y Maccabi de Tel Aviv (Pargo y Eidson) con dos cada uno.
El curioso apunte estadístico no hace sino confirmar el que a lo largo de este curso se ha convertido en el mal endémico de un Baskonia lastrado desde los albores de la temporada por las lesiones y la mala planificación de la plantilla. Lesionados Pape Sow y Nemanja Bjelica, y con el sonriente Ander García como acompañante en las expediciones -el jugador alavés ni siquiera ha servido para conceder descanso a los grandes tótems cuando los partidos estaban ya sentenciados-, la tropa dirigida por el técnico montenegrino se ha plantado en la eliminatoria con ocho jugadores, de los que, aunque ya arrastraban una pésima dinámica de juego durante las últimas semanas, Brad Oleson y Pau Ribas apenas han sido capaces de aportar un mínimo a la ya de por sí escasa rotación azulgrana. Aunque el escolta que surgió del frío aportó algunas estimables pinceladas en la primera mitad del cuarto y definitivo partido, al final acabó diluido en la segunda mitad en una tormenta amarilla de la que salió escaldado. Los 35 minutos que estuvo sobre el parqué -en el resto de la serie nunca había pasado de los veinte- no sirvieron para que el estadounidense se luciera un ápice, como tampoco ha hecho un Ribas que en cuatro partidos suma una valoración total de cuatro puntos en 52 minutos.
un partido a la semana A partir de ahora, y como ya sucediera la pasada campaña tras hacer frente al CSKA de Moscú, el Baskonia encara la recta final de temporada con un colchón de siete días entre partido y partido de la ACB. Siempre y cuando Dusko Ivanovic no opte por exprimir hasta el límite a sus pupilos en cada uno de sus duros y famosos entrenamientos, el equipo vitoriano tendrá ante sí la posibilidad de preparar con tranquilidad cada uno de los siete encuentros que restan para el final de la fase regular. Mañana, a partir de las 18.00 horas, recibirá al Estudiantes de Nik Caner-Medley. Después, el Caja Laboral acogerá en un Buesa en obras a Bizkaia Bilbao Basket, Blancos de Rueda Valladolid y Lagun Aro. A cambio, viajará a verse las caras con Assignia Manresa, Real Madrid y DKV Joventut. Olvidada la segunda posición, la lucha jornada a jornada con el Power Valencia por la tercera plaza es ahora mismo el gran reto situado en el punto de mira baskonista para el que, si no quiere sufrir más problemas, necesita reforzar la plantilla con el enésimo temporero que permita coger oxígeno a un núcleo de jugadores extenuados a día de hoy. Un objetivo en el que el club trabaja desde hace semanas.