Vitoria. La dimisión de Ettore Messina desterró la tapa de los rumores en los mentideros de Madrid. Uno de los más comentados fue la supuesta exigencia que Pablo Prigioni trasladó al entrenador italiano antes de que arrancara la presente campaña. O el transalpino le prometía una media de 25 minutos, o pedía el traspaso de forma inmediata. Los problemas en el vestuario de la Casa Blanca acabaron con el fulgurante adiós de Messina y su sustitución por el que hasta ahora era su mano derecha, un Lele Molin que afronta su cruce ante el Power Valencia.

Empequeñecido por la ligera eclosión de Sergio Rodríguez, la rotura muscular sufrida por el Chacho el pasado fin de semana ante el Unicaja obliga al cuadro merengue a recurrir de nuevo a Prigioni como principal -y única- referencia en la dirección de juego, con Llull como sustituto. La buena actuación desplegada por el exbaskonista en Málaga es ahora mismo el clavo al que se aferra un equipo que además cuenta con la duda de Clay Tucker para el partido por una contusión dorsal. En el otro lado de la balanza, el conjunto dirigido por Svetislav Pesic aspira a lograr un hueco con el que pocos contaban en la Final Four de Barcelona. Sin Claver ni Augustine, la resurrección continental que les permitió pasar a cuartos in extremis será la estela anímica que los valencianos intentarán enarbolar como bandera.

Por su parte, el Barcelona tiene ante sí un reto con la historia. En los últimos seis años ningún equipo ha repetido cetro europeo. Pero la posibilidad de disputar una Final Four en su propio feudo seguro que pesa mucho más en las mentes de los pupilos de Xavi Pascual a la hora de verse las caras con un Panathinaikos tan inestable como peligroso, que contará con el retorno tras cuatro meses de baja del expívot del Partizan Aleks Maric. Mientras los dos últimos campeones se dan cita en el Palau, Olympiacos y Montepaschi juegan el partido de los recuperados a última hora. El cuadro de Pianigiani espera poder contar con Bo McCalebb, que se perdió todo el Top 16, y Kaukenas, mientras el bando heleno recupera a los importantísimos Teodosic y Bourousis para unos cuartos de final que se presentan más emocionantes que nunca.