Vitoria. Dejan Musli ya es, desde ayer, un elemento más dentro de la rutina diaria del Caja Laboral. Lo que se desconoce todavía es por cuánto margen de tiempo. Pese a tener suscrito un contrato en vigor con el Fabi Shoes Montegranaro hasta el final de la temporada en calidad de préstamo por la entidad baskonista, la joven promesa balcánica ha vuelto a ponerse a las órdenes de Dusko Ivanovic mientras su actual equipo determina la idoneidad de recuperarle una vez superada su misteriosa fiebre o, por el contrario, zanja de raíz dicha relación contractual y el pívot se queda definitivamente en Vitoria.
Lo cierto es que un halo de misterio envuelve a corto plazo el futuro de una de las grandes apuestas de Josean Querejeta para la presente campaña. Antes de que cayera enfermo y se viera obligado a regresar a la capital alavesa, Stefano Pillastrini, el veterano entrenador del Fabi Shoes -en la actualidad undécimo clasificado de la Serie A italiana con un balance de nueve triunfos y doce derrotas- no le alineó en ningún partido, alimentando las sospechas sobre su escasa confianza en las habilidades del bisoño cinco azulgrana.
El Baskonia sigue ahora a la espera de la decisión del club italiano, que en principio no debería dilatar en exceso en el tiempo su respuesta con el fin de no cortar la progresión del baloncestista. Si finalmente opta por no quedarse con Musli en su plantilla, deberá abonar como contrapartida una indemnización económica al inquilino del Buesa Arena, quien confiaba ciegamente en que el ex del Zeleznik se fogueara en una exigente competición como la transalpina en aras de su crecimiento.
Las buenas noticias, al menos, llegan respecto a su estado de salud. Las primeras pruebas realizadas hasta la fecha a Musli no han detectado ninguna anomalía, lo que le ha permitido al serbio ponerse a disposición de Ivanovic. De momento, participará con normalidad en las sesiones de entrenamiento mientras en diez días se conocen los resultados de otros exámenes suplementarios a los que se ha sometido. A muchos kilómetros de distancia, el Fabi Shoes medita acerca del futuro de un jugador cuya primera temporada fuera de su país natal corre el riesgo de acabar prácticamente en blanco.
Fichado a bombo y platillo por el Caja Laboral para las próximas cinco campañas como uno de los hombres encargados de mitigar el tremendo vacío dejado por Tiago Splitter, Ivanovic se cercioró rápidamente de su inexperiencia y le tachó para el proyecto de este curso. Si le alineó en algún partido, fue más por mor de las circunstancias y de la lesión de algún compañero, que por su fe ciega en un pívot que todavía deberá madurar y completar un laborioso proceso de formación antes de poder erigirse en uno de los símbolos baskonistas del futuro.