Vitoria. La tercera posición en la ACB es ya una realidad para un Caja Laboral que ayer revisitó una vez más El día de la Marmota del genial Bill Murray para, como en la mayor parte de sus partidos durante esta campaña, mostrar su ciclotímica personalidad durante el choque hasta finiquitar el triunfo en el tramo final. Es precisamente esta intermitencia, pero sobre todo la manía del conjunto vitoriano de bajar los brazos cuando cuenta con una mínima ventaja en el electrónico, el problema que más quebraderos de cabeza causa a Dusko Ivanovic.
"Cuando un equipo coge ocho o diez puntos de diferencia tiene que ser muy difícil que los pierda, y nosotros los perdemos con mucha facilidad. Cuando cuentas con esa ventaja tienes que obligar al otro equipo a trabajar más y que les sea difícil remontar, pero si tiras tu primera opción de tiro es la situación ideal para tu rival", explicó el entrenador montenegrino ahondando en una de las grandes heridas que asolan en ocasiones el juego del cuadro azulgrana: la manía de algunos jugadores, especialmente Teletovic, de jugar tiros con una precipitación inusitada.
"Algunas veces un jugador piensa que puede comerse el mundo y puede ganar él solo un partido, pero no es así. A veces, con esta manera de jugar tan rápido ganamos muchos partidos, pero hay que saber el momento de tirar", recordó el preparador balcánico, que no quiso lanzar las campanas al vuelo tras alcanzar la tercera plaza. "Quedan muchos partidos todavía y rivales que están justo por detrás de nosotros. Va a haber una gran lucha por el tercer puesto.
Por su parte, los jugadores azulgranas se mostraron satisfechos por un trabajado triunfo. "El paso está conseguido. Hoy (por ayer) hemos cumplido, pero restan diez partidos", subrayó Huertas, mientras Batista dijo haberse sentido ayer "mucho más útil que en otros días".