Vitoria. Brad Oleson llevaba varios partidos condenado a ejercer de secante de la estrella de turno. Un jugador que en el Fuenlabrada se había distinguido por ser un anotador compulsivo estaba, en parte, coartado para lucir su tremendo potencial en ataque, aunque ayer el de Alaska revirtió ese rol que le ha encomendado Ivanovic. Con determinación y sangre fría, el escolta con pasaporte español lideró el laborioso triunfo baskonista gracias a sus 16 puntos, ocho de ellos en un último cuarto donde sumó un triple más adicional que despertó a sus compañeros y a la afición del letargo. Si Oleson resultó determinante por fuera, Barac volvió a cuajar otra convincente actuación ante su exequipo en la zona. El gigante croata afrontaba ayer una prueba de fuego ante uno de los mejores juegos interiores de la competición, pero ganó por goleada su duelo ante los rocosos Javtokas y Lishchuk refrendando que es uno de los jugadores azulgranas más en forma de la actualidad. Por último, Pau Ribas frenó su mala racha de los últimos tiempos con un sacrificado trabajo defensivo.
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