Dicen los que entienden de baloncesto que las competiciones las ganan los grandes equipos y las finales los grandes jugadores. Y algo así sucede en la Copa del Rey, un torneo abonado a la genialidad, da la impresión que ideado para el nacimiento de los mitos. Mark Davis, Elmer Bennett, Pau Gasol o Rudy Fernández han conquistado en estas dos últimas décadas un MVP que se le resiste, por ejemplo, a un Juan Carlos Navarro que comandará el Barça en busca del que podría ser su quinto título. El escolta blaugrana llega a la Copa en estado de gracia, bordando el baloncesto y ávido de sacarse una espina que ya no podría aliviar ni siquiera un nuevo éxito colectivo. Pero la estrella culé no es el único que parece alcanzar la cita en condiciones de escribir el futuro. Hay una docena de jugadores que llegan a Madrid echando humo, on fire, y el Caja Laboral puede darse por satisfecho, pues dos de los tipos más calientes de la ACB se enfundarán la elástica azulgrana estos días.

Fernando San Emeterio hace tiempo que se sacudió el sambenito de jugador revelación. A pesar de Sergio Scariolo, el cántabro es una realidad, un tipo hecho a tomar las decisiones cuando se agota el tiempo y se deciden los partidos, cuando se ganan o se pierden los títulos. Lo hizo el pasado año, con aquella ya legendaria penetración ante Morris, y lo sigue haciendo a lo largo de una temporada en la que el actual campeón liguero está despidiendo hedores poco halagüeños. Entre todos los jugadores que han brillado en la antesala de la Copa, San Emeterio es el rey.

Sus actuaciones en las tres últimas jornadas ligueras han propiciado que, una vez más, encabece unos apartados estadísticos que, en realidad, poco le importan. En Gran Canaria, donde el equipo volvió a exhibir su fragilidad mental y cedió un triunfo que tuvo en su mano, fue uno de los pocos que salvó el tipo. Bueno, en realidad hizo algo más que eso: firmó un espectacular doble-doble, con 12 puntos y 12 rebotes, para acumular una valoración de 20 puntos, algo por debajo de los 23,6 que atesora de media en estos tres últimos envites en los que, pese a su ímpetu y su ambición, el equipo se ha visto incapacitado para encadenar tres victorias.

Sin embargo, el alero cántabro puede encontrar un aliado en su afán por corregir el rumbo del cuadro gasteiztarra en un recién llegado. Esteban Batista desconoce el significado de términos como jet lag o periodo de adaptación. El charrúa va a lo suyo. Demoledor en el poste bajo, con una capacidad tremenda para jugar el dentro-fuera y muy sólido en el rebote, en apenas un mes ha conseguido alcanzar los registros que en Fuenlabrada lo coronaban como uno de los jugadores más productivos de la ACB. En la antesala de la Copa, el poste uruguayo se ha mostrado como el quinto jugador más enrachado de la competición, con un promedio de 13 puntos y 7 rebotes por partido.

Los pupilos de Dusko Ivanovic comparten espacio en esta particular nómina de jugadores on fire con otras figuras llamadas a decantar de uno u otro lado el torneo. La lista la completan dos jugadores del Blancos de Rueda Valladolid, Marcus Slaughter y Eulis Báez, otros dos del Gran Canaria, CJ Wallace y el letal Jaycee Carroll, dos componente del DKV Joventut, Jordi Trias y Quinton Hosley, Juan Carlos Navarro y el poste ucraniano del Power Valencia Serhiy Lishchuk. Sólo el Real Madrid y el rival mañana del Caja Laboral, el Bilbao Basket, se quedan sin representación en este listado, que en realidad valdrá de poco cuando esta tarde se lance la pelota al aire y arranque definitivamente el torneo.

La estadística, en cualquier caso, refleja tendencias. Y el hecho de que el Baskonia cuente con dos representantes entre los diez jugadores más entonados de la competición evidencia que algo estará haciendo bien el equipo de Ivanovic, al menos en labores ofensivas, en este tramo de la Liga en el que alterna éxitos y decepciones. Curioso resulta la presencia de los dos miembros del solidario Blancos de Rueda en el Top 10. Marcus Slaughter, que además es segundo sólo por detrás de San Emeterio, puede convertirse en una de las revelaciones del torneo (ha promediado 15 puntos y 9 rebotes en los últimos partidos), al igual que su compañero Báez, séptimo en el ranking. CJ Wallace, tercero con una valoración media de 20,3, reivindica la existencia de vida más allá de Carrol (22 puntos por partido) en Gran Canaria. Son simples referencias numéricas de lo que se avecina, pero valen de poco. A una carta, en un torneo como la Copa, todo puede cambiar.