EN la primera jornada el Meridiano Alicante cayó en Vitoria por un contundente 92-47. Los 45 puntos de diferencia fueron un palo muy duro de asumir. La imagen dada entonces por los de Óscar Quintana en el Buesa Arena no auguraba buenos presagios. De hecho, las malas señales emitidas en Vitoria se confirmarían semanas después.

No en vano, el conjunto alicantino continuó con su caída en barrena las siguientes jornadas. Encima los del Centro de Tecnificación encajaron derrotas muy, muy dolorosas en el primer tramo del campeonato al caer ante rivales contra los que teóricamente deben jugarse la permanencia en la ACB.

El Meridiano perdió en casa contra el Fuenlabrada (68-76) tras tirar por la borda una renta de 19 puntos. Cayó también dos semanas después, de nuevo ante su público, esta vez frente al Menorca tras diluirse en el último segundo de un duelo en el que estuvo por delante todo el partido y en el encuentro que perdió ante el Manresa (67-70) pasó otro tanto de lo mismo.

El conjunto levantino no levantaba cabeza. De hecho, en esas ocho primeras jornadas presentaba un pésimo balance de un triunfo, el logrado por sorpresa ante el Real Madrid (78-67), y siete derrotas. El Meridiano era por entonces colista, a un partido de la salvación, y parecía abocado al descenso salvo que la situación diese un giro de 180º.

Pues bien, el giro se produjo a finales de noviembre. El 21 de dicho mes era cesado Quintana y dos días más tarde llegaba Txus Vidorreta. Pese a que los dos primeros partidos del técnico vizcaíno se saldaron con dos nuevas derrotas -Joventut (71-75) y Valladolid (79-63)-, la imagen dada ya fue distinta.

sow por rancick Además, el de Indautxu pidió refuerzos para conseguir un equipo más equilibrado. El Meridiano cortó entonces al pívot senegalés Pape Sow, ahora en Vitoria, y reclutó a Martin Rancik tras su fugaz pasó por el Caja Laboral además del escolta estadounidense Kenny Hasbrouck.

El cambio de cromos surtió efecto. El Meridiano se impuso tras la llegada del cuatro eslovaco y el escolta americano al Unicaja (80-72) y una jornada después al Gran Canaria tras asaltar el impenetrable feudo insular de La Roca por 52-53.

La reacción había llegado. Un cambio de rumbo basado en el trabajo defensivo. Vidorreta ha dado impulso al alicaído cuadro alicantino desde atrás. Los números así lo constatan. Desde su llegada, el cuadro del Centro de Tecnificación recibe ocho puntos menos de media por encuentro que los que encajaba con Quintana.

Con el preparador cántabro el Meridiano recibía un promedio por choque de 74,24 puntos lo que le situaría como la sexta peor defensa de la ACB. Pues bien, Vidorreta ha conseguido rebajar esos registros hasta unos magníficos 66,6 puntos de media encajados por partido, lo que le situaría como el segundo conjunto con mejor defensa de la Liga.

En el balance global, sumando los ocho partidos del de Torrelavega y los nueve del vizcaíno, el Meridiano puede presumir de tener la tercera mejor defensa del campeonato con 70,06 puntos encajados de media en estas 17 jornadas, aspecto en el que sólo le superan el intratable Barça (65,69) y el Gran Canaria 2014 (69,64).

Un dato en el que Vidorreta ha tenido mucho que ver. No en vano, desde que el ex preparador del Bilbao Basket se hiciera cargo del equipo alicantino sólo el Barça ha sido capaz de endosarle una cifra de puntos que superase la barrera de los 80. El resto se ha quedado por debajo. Muy por debajo algunos.

Bloqueados por la tela de araña tejida por la defensa que ha inculcado el de Indautxu a los suyos. Así, el Gran Canaria se quedó en 52 puntos, el Lagun Aro en 56, el CAI, con el que cayeron por un punto, en 58, y el Granada, al que barrieron la semana pasada por 37 puntos, en 49. Defensa, defensa y defensa. Ése es el espíritu de Vidorreta y así se lo ha inculcado a sus pupilos.

De momento, el cambio de técnico ha conseguido revertir la situación. Si con Quintana el Meridiano sólo había ganado uno de ocho partidos, con el bilbaíno el balance es de cuatro triunfos en nueve jornadas. Este impulso dado por Vidorreta les ha servido para salir del pozo y si antes eran colistas a un partido de la permanencia, ahora son decimosextos, con los mismos triunfos que el primer equipo en descenso.