Vitoria. Tras una primera fase de la Euroliga repleta de sobresaltos y en la que el billete para el Top 16 ha estado incluso en serio entredicho tras enlazar cinco derrotas consecutivas, el Caja Laboral definirá este jueves su ubicación exacta en la parrilla de salida hacia la siguiente fase. En función de su resultado ante el Partizan y lo que acontezca en Moscú en el choque entre el Khimki y el Zalgiris, será segundo, tercero o cuarto toda vez que el insultante liderato del Maccabi no corre ningún peligro desde hace varias jornadas.
La gran paradoja y lo curioso del caso es que la terna de rivales a los que se medirá la tropa de Ivanovic puede resultar sensiblemente más exigente si la lógica se cumple en esta última jornada y el Baskonia concluye segundo. Una premisa que se hará realidad siempre que los serbios caigan derrotados en el Buesa Arena por más de tres puntos y los lituanos muerdan el polvo a domicilio ante un Khimki obligado a despedirse dignamente de la competición pero en estado de convulsión por la marcha de Sergio Scariolo.
Dado que todavía deben disiparse muchas dudas a la hora de quedar configurados los cuatro bombos, de momento lo único seguro es que el Montepaschi Siena, matemáticamente primero del grupo C, es un potencial rival para los alaveses. Junto a toscanos y hebreos, todo hace indicar que los otros dos cabezas de serie en el sorteo del próximo 4 de enero en Barcelona serán los opulentos Olympiacos y Panathinaikos. Ambos colosos griegos dependen de sí mismos y en la última jornada reciben como locales al Lottomatica y al Armani Jeans respectivamente. Si esquivan la sorpresa, entrarán en el ramillete de posibles adversarios baskonistas.
Sin embargo, hay una bolita envenenada que amenaza con caer en el tercer bombo y que, en el caso de quedar emparejado junto a ella, propiciará seguramente el grupo de la muerte. El todopoderoso Barcelona, que se ha dormido en los laureles en esta ronda inicial y atesora la plantilla más compensada del Viejo Continente -mucho más si concreta la llegada de Alan Anderson-, tiene prácticamente imposible acceder al segundo puesto de grupo, ya que necesita ganar al Montepaschi en el Palau y que su rival directo, el Fenerbahce, pierda en Estambul ante el modesto Cholet, cuya clasificación está en juego en dura competencia con el Lietuvos Rytas.
Para que el vigente monarca continental no se cruce en el camino, el Baskonia debe ganar al Partizan por más de tres puntos y que el Zalgiris salga airoso de su visita al Khimki. Los pupilos de Xavi Pascual constituyen el enemigo a esquivar por cualquiera. De la misma manera que el Efes Pilsen de Perasovic y Rakocevic o el Unicaja, condenados a ser terceros del grupo D y B respectivamente.
Los turcos se miden en Moscú al desahuciado CSKA y todo hace indicar que no perderán esta condición ni siquiera en un hipotético caso de triple empate con el Power Valencia y el Armani Jeans, inmersos en una pelea fratricida para ganarse el último pasaporte hacia el Top 16. En el caso de los malagueños, parece inviable que asciendan algún peldaño a la vista de los asequibles compromisos de Olympiacos y Real Madrid. En resumidas cuentas, que el Caja Laboral tiene todos los boletos para evitar al Real Madrid, Fenerbahce y Olimpia si es segundo. Si acaba tercero, por lógica debería evitar a Unicaja, Barcelona y Efes Pilsen. Diferencias sensibles.