vitoria. No resulta habitual que el Baskonia encadene más de una derrota de manera consecutiva en la ACB, ya que en la última década apenas han sido una decena de veces las que el equipo vitoriano ha perdido dos partidos seguidos. En esta ocasión suma ya tres, por lo que la situación refleja un hecho completamente anormal, aunque según cómo se mire no tiene por qué resultar alarmante.
La última vez que el Caja Laboral, por entonces TAU, cedió tres derrotas consecutivas en la competición doméstica llegó hace tres temporadas, en la 2007-2008, con Neven Spahija a los mandos. Y ya se sabe cómo acabó el curso, con la conquista del segundo entorchado liguero. Un dato para la esperanza en un momento delicado.
Más allá de coincidencias estadísticas, los datos que arroja el Caja Laboral en estos dos últimos meses de competición invitan a la reflexión. Desde luego, distan mucho de los guarismos de un equipo habituado a estar siempre en la cúspide clasificatoria de todas las competiciones en las que participa.
Desde el pasado 3 de noviembre, fecha en la que el cuadro azulgrana cayó en Rusia ante el Khimki, el equipo de Dusko Ivanovic registra un balance negativo de victorias y derrotas combinando los duelos de ACB y Euroliga. Ha disputado catorce encuentros, de los que ha ganado seis (Khimki y Zalgiris en Euroliga, más Power Electronics, Menorca y Barcelona) y ha perdido ocho, los tres últimos de ACB y cinco en la competición continental.