Vitoria. Sevilla. 5 de diciembre de 2010. El Caja Laboral sale derrotado de la capital andaluza ante el Cajasol después de un maratoniano viaje por tierra como consecuencia de la huelga salvaje de los controladores aéreos. Un partido que pasa a engrosar por derecho propio la lista negra de la historia baskonista. No por los veinte puntos de diferencia (91-71), sino por un detalle estadístico tan inhabitual en el mundo del baloncesto como desastroso para los intereses del equipo de Dusko Ivanovic. La escuadra hispalense acababa de capturar más rebotes ofensivos (22) que defensivos (21).

El entrenador montenegrino no pierde oportunidad de mostrar su desesperación cada vez que se dirige a los medios de comunicación tras los partidos. El pasado domingo, después de que el Bizkaia Bilbao Basket estuviera a un paso de repetir la gesta de los sevillanos al quedarse en 17 capturas ofensivas frente a 19 defensivas. Por segundo encuentro consecutivo en la ACB, el conjunto vitoriano dejaba en evidencia un socavón en la pintura que sólo Stanko Barac es capaz de tapar con cierta solvencia.

Ni Mirza Teletovic ni Marcus Haislip, más pendientes de su faceta anotadora, se muestran capaces de acompañar al cinco croata a la hora de cerrar la zona, una labor para la que tampoco encuentran demasiada ayuda en el bando de los pequeños. De hecho, en los dos últimos choques -Khimki y Bilbao Basket- Fernando San Emeterio fue el máximo reboteador del cuadro azulgrana, con siete ante los rusos y cinco en el derbi vasco. La situación se antoja, cuanto menos, temible, teniendo en cuenta que el Baskonia encara mañana un enfrentamiento crucial en Lituania contra el Zalgiris de Kaunas. Un equipo que en el choque de ida sorprendió a los vitorianos al llevarse el triunfo por 88-92 gracias, entre otras cosas, a los 17 rebotes ofensivos que los lituanos cosecharon bajo el aro azulgrana.

A esta sangría defensiva hay que sumar otra desquiciante realidad. Con once jornadas de la ACB consumidas, el Caja Laboral es el equipo que menos rebotes ofensivos recoge de toda la Liga, con un exiguo promedio de 8,64 capturas por partido, a muchos metros de los 9,73 del Barcelona, a kilómetros de los 10,82 del Real Madrid, y a años luz de los 14 por encuentro del DKV Joventut.

un promedio devastador Desde que arrancara la temporada, el Baskonia ha convertido en costumbre la generosidad hacia sus rivales en materia reboteadora, trasladando la resistencia no violenta de Mahatma Gandhi a la categoría de arte en lo que a falta de contundencia defensiva se refiere. Los números hablan por sí mismos. En Euroliga, el conjunto de Ivanovic ha cedido un total de 103 rebotes ofensivos a sus rivales en los ocho partidos celebrados hasta la fecha, lo que supone una media de 12,87 por partido. En la ACB, la carencia ve reducida sus cifras notablemente hasta los 107 en once jornadas -un promedio de 9,72 por encuentro-. Es especialmente en la competición continental, ante algunos de los mejores pívots de Europa, donde el equipo alavés se ha visto empequeñecido en la pintura con mayor asiduidad.

Un renglón torcido en su caligrafía que le ha empujado a enlazar cinco derrotas consecutivas en la Euroliga por primera vez en su historia y obligarlo a ejercer de funambulista para sellar un aún en el aire billete para el Top 16. De cara a mañana en Kaunas, Dusko Ivanovic no debería olvidar que fueron precisamente dos jugadores del Zalgiris como Mirza Begic y Paulius Jankunas -máximo reboteador de la Euroliga- los hombres que más rebotes ofensivos -cuatro cada uno- han robado a los vitorianos en un partido de la presente Euroliga, junto a Jagla, del Prokom, y Jawai, del Partizan de Belgrado, con la misma cifra.

Begic, ese coloso de 2,20 metros y 120 kilogramos de peso que atormentó al Caja Laboral en el Buesa Arena -fue MVP con 28 puntos de valoración- se cruzará de nuevo en el camino azulgrana -en un poco habitual horario vespertino, recordemos, a partir de las 18.45 horas-. En lo que a la ACB respecta, la palma se la lleva hasta el momento las siete capturas ofensivas con las que el exMaroussi Dimitrios Mavroeidis se paseó el domingo en el Bilbao Arena.

Esta semana, los pupilos de Ivanovic tienen ante sí una enorme oportunidad para revertir la situación ante dos rivales de calado con pívots de diferente enjundia. Primero llegará el rocoso juego interior de los lituanos, y el sábado será el turno de recibir en el Buesa Arena a los más estilosos y menos físicos Tomic, Reyes, Fischer y compañía. Será el turno de demostrar que este Baskonia sabe corregir sus errores.