Vitoria. El líder de la ACB encabeza algunos de los apartados estadísticos más significativos. Por ejemplo, es el equipo más anotador, el mejor valorado y quien más asistencias reparte por partido. A título individual, los números tampoco engañan y tres de sus integrantes se consolidan día a día entre los nombres propios de una competición con marcado aroma baskonista. Tras la disputa de las ocho primeras jornadas, Fernando San Emeterio, Stanko Barac y Mirza Teletovic se postulan como candidatos a MPV de la fase regular.

Su excelente rendimiento en la apoteósica victoria del pasado sábado ante el Barcelona les reafirma como los tres grandes tenores a disposición de Dusko Ivanovic. No en vano, aparecen ubicados entre los doce jugadores más valorados y, con permiso de Marcelinho Huertas, continúan erigiéndose en los indiscutibles termómetros de este Caja Laboral cuya inmaculada marcha a nivel doméstico contrasta con las graves urgencias continentales.

Integrantes de la vieja guardia que posibilitó el pasado curso la conquista del reinado liguero, este estelar terceto marca el ritmo dentro de un colectivo todavía algo descompensado por la ausencia de un segundo cinco de garantías y con querencia a destruir a su rival desde el exterior. Si el alero cántabro y el ala-pívot bosnio se perfilaban como dos seguros de vida dados los precedentes, menos previsible se antojaba la poderosa reivindicación del gigante croata.

Ivanovic, que siempre acostumbra a definir perfectamente los roles y se siente más cómodo con grupos reducidos, es consciente del desmedido peso específico que los tres tienen en sus esquemas. El reparto de minutos que hace de su plantilla revela la extrema confianza en ellos. San Emeterio, un gladiador infatigable que encarna a la perfección el indomable carácter baskonista, promedia la barbaridad de 33 minutos sobre la pista. Le siguen de cerca Teletovic, con 31, y Barac y Huertas, ambos con 28.

seguros de vida Unos números que no sorprenden a nadie dada la escasa pujanza del renqueante Haislip y del desubicado Bjelica, sin obviar la irregularidad de Oleson y Ribas. De los nuevos, únicamente Logan goza de cierta continuidad y está rentabilizando los minutos del preparador montenegrino, siempre muy cotizados como ha dejado patente durante su exitosa estancia en la capital alavesa.

El santanderino, al que ni siquiera el desgaste de su ajetreado verano mina sus fuerzas, es el segundo más valorado de la ACB con más de 20 puntos de promedio. Su regularidad y constancia están a prueba de bombas. Sólo Batista, la codiciada estrella que habita en el sur de Madrid, presume de exhibir unos números más concluyentes. Ya sea en duelos de la máxima exigencia o en otros de guante blanco, siempre responde con solvencia y mancha todos los apartados de la estadística. Un multiusos impagable para cualquier equipo que ya luce los galones de líder dejados por Splitter en la taquilla azulgrana.

En el caso de Barac, sus últimas pletóricas actuaciones le han encaramado al sexto lugar. Por delante figuran Kurz (Granada), Suárez (Real Madrid) y Donaldson (Menorca). El de Mostar, en la diana hasta esta campaña por su innata facilidad para cargarse de faltas y su fragilidad mental, se ha transformado en un pívot dominante amparado en su interminable silueta. Intimidador atrás gracias a sus 217 centímetros y con recursos de todo tipo en ataque, donde combina a la perfección el juego de espaldas con su excelente tiro a cuatro metros, aporta más de 17 puntos de media.

Teletovic no se queda a la zaga. Criticado permanentemente por reducir su esencia como baloncestista al tiro de tres, el bosnio está añadiendo a su fiabilidad desde los 6,75 metros un sacrificado trabajo en la zona al verse obligado a emparejarse con pares mucho más fornidos durante los descansos a Barac. Con más de 14 puntos de media, amenaza con inmiscuir en breve su figura entre los diez mejores del torneo.