vitoria. El Caja Laboral salvó los muebles in extremis ante el Fuenlabrada. Y lo hizo a los mandos de varios nombres propios que lavaron la cara a un equipo que durante muchos minutos estuvo a merced del conjunto afincado en el sur de Madrid. Con sus virtudes y defectos, Teletovic volvió a resultar determinante en el epílogo tras un dubitativo comienzo donde Ayón destapó sus carencias defensivas. El cuatro bosnio volvió a destapar su instinto asesino y, gracias a dos triples finales y un tapón, cercenó las opciones visitantes.
Pero si hubo un integrante azulgran que resurgió con fuerza tras su gélido inicio de temporada fue Pau Ribas. El catalán cuajó una notable actuación, despertando del letargo en el que andaba sumido. Su intensidad defensiva, así como su acierto ante el aro visitante, sostuvieron al equipo de Ivanovic en su fase más crítica. Por último, San Emeterio se erigió en el factor desequilibrante del último cuarto gracias a la novedosa apuesta de su técnico, que le colocó como falso cuatro y le permitió así exhibir su clase en las penetraciones.