vitoria. La séptima Supercopa de la historia busca esta tarde el ganador en una final, a priori, muy desigual. Tras sorprender al anfitrión y frustrar el asalto del Caja Laboral hacia su quinto galardón, el Power Valencia buscará un reto prácticamente imposible como es batir al ogro culé. Más que un premio para los levantinos en su primera incursión en este torneo, la final se presenta como un pequeño castigo dadas sus pocas opciones de éxito frente a un conjunto llamado a reeditar viejos éxitos tras mantener intacto el bloque de la pasada temporada y añadir a su robusto armazón a Kosta Perovic.
El conjunto de Xavi Pascual, al que sólo hizo sombra un Baskonia pletórico liderado por Tiago Splitter, ha arrancado este curso a lo grande y poniendo de manifiesto que es el máximo candidato a todos los títulos. Enfrente se topará con un rival que parte como víctima del implacable rodillo blaugrana, que ayer atropelló al Real Madrid con una exhibición de juego, recursos y pegada. Con doce jugadores enfrente de primer nivel en sus filas y puestos hasta por triplicado, se antoja complicado que el Power Valencia propicie un duelo igualado. Más teniendo en cuenta que dos de sus interiores (Augustine y Javtokas) serán baja y no estarán en condiciones de dar réplica a las numerosas torres barcelonistas.
Otro aliciente para el vigente campeón de la Euroliga es que, en caso de hacerse con el triunfo, alzará su tercer galardón y se quedará a tiro de piedra de un Baskonia que parece haber perdido su idilio con esta competición en las dos últimas temporadas. Tras su apabullante rendimiento en la semifinal, los Ricky, Navarro, Mickeal y compañía quieren sembrar el pánico desde el inicio y no dar margen a una nueva sorpresa. El cupo de regalos parece haberse cubierto después de la última final liguera. Cualquier otro desenlace será una sorpresa.