Vitoria. El Caja Laboral tanteó hace dos veranos su fichaje sin trasladarle una oferta en firme, pero escogió finalmente a San Emeterio y el antiguo Pamesa le sacó del Nou Congost previo pago de su cláusula de rescisión. Tras firmar una progresión imparable que le ha llevado hasta la internacionalidad, Rafa Martínez se ha convertido en una de las estrellas de la ACB. Tan popular en su Santpedor natal como el mismísimo Pep Guardiola, su crecimiento parece no tener límites.

¿Qué impresión le causa, a rasgos generales, esta Supercopa?

Creo que puede ser una de las mejores ediciones debido a la calidad de los cuatro participantes. En nuestro caso, es la primera presencia de la historia y tenemos mucha ilusión depositada para conseguir el título y dejar a nuestros aficionados un buen sabor de boca.

Lástima que llegue tan pronto y que los equipos se encuentren lejos de su mejor forma, ¿verdad?

Sí, es así. Es la única pega, ya que considero que somos cuatro grandes plantillas que no hemos podido trabajar todo lo que hubiésemos querido por culpa del Mundial. Con clubes de este nivel, es normal que nos falten tantos jugadores, pero lo importante es que la gente disfrute del espectáculo. En Vitoria, además, la pista normalmente se llena y se vive un gran ambiente de baloncesto.

En su caso, son novatos y se miden al anfitrión y auténtico gobernador de la Supercopa. ¿Asusta el reto?

No, para nada. Lo importante es que estamos ahí, hemos recogido los frutos a nuestro gran papel de la pasada temporada y que optamos a un título más. En nuestra primera participación, esperamos que la gente de Valencia se desplace a Vitoria y disfrute tanto como nosotros.

Acuden con el papel de víctimas ante el Caja Laboral. ¿Cuáles son sus sensaciones personales?

Es obvio que estamos ante un partido muy complicado. Siempre que viajas al Buesa Arena, resulta complejo llevarte la victoria. Vamos a jugar nuestras opciones y ver lo que ocurre. Independientemente del resultado y respetando la importancia de este título, también iremos allí para mejorar aspectos de nuestro baloncesto de cara al inicio de la temporada. La Supercopa llega muy temprano para todos los equipos. En nuestro caso, el pasado domingo fue el primer día en que nos juntamos todos. Sólo estando al máximo nivel tendremos opciones.

Existían dudas acerca del potencial que reuniría el Power Valencia para este curso, pero parecen haberlas disipado con fichajes de alto nivel. ¿Se ven como una alternativa?

Yo creo que sí. La verdad es que después de sufrir algunas bajas importantes, todo el mundo recelaba acerca de nuestras posibilidades y no estaba seguro de que pudiéramos competir. El club, sin embargo, ha hecho un gran esfuerzo para contratar a jugadores contrastados de la Liga ACB y Europa. Hemos generado una gran ilusión en Valencia y, en mi caso, las expectativas son si cabe más altas.

Sorprende, eso sí, que haya llegada un entrenador con menos currículo que Spahija.

Es verdad que Manuel (Hussein) no tiene su mismo palmarés, pero es el tercer o cuarto técnico que más partidos ha dirigido en la ACB y eso es muy importante. Neven hizo un trabajo increíble aquí y todos estábamos contentos con él, pero optó por irse y ya nos debemos olvidar de él sin obviar lo que hizo por nosotros. Tras un tiempo parado, Manuel tiene una gran ilusión por hacer bien las cosas y con el tipo de gente que ha fichado y la profesionalidad de la plantilla lo tendrá más fácil.

Sea sincero. ¿Es un alivio medirse al Baskonia sin el concurso de Tiago Splitter?

No, la verdad es que no. Con independencia de los nombres, el club conserva su carácter ganador. También se decía lo mismo cuando se fueron otros cracks como Scola, Calderón o Nocioni. Si siguen ahí arriba, será por algo. Disponen de un gran entrenador y es un club bien gestionado que todos los años pelea por los títulos. Si no, ahí está el ejemplo del año pasado. Nadie le daba como favorito y mira lo que ocurrió.

Su nombre ha estado en boca de todos durante este verano. ¿Por qué se ha quedado en Valencia?

Creo que era mi mejor opción. Es un lugar en el que me siento a gusto e importante. El club hizo un esfuerzo para que me quede y yo he sabido valorarlo. Estoy muy contento de mi decisión. En los malos momentos me han arropado desde todos los estamentos. Era el sitio donde quería quedarme y el lugar donde tenía ilusión para jugar.

Fue uno de los descartes de Scariolo antes del Mundial. ¿Ha superado ya esa desilusión?

Sí, sabía que estaba complicado y que mi presencia en Turquía dependía al cien por cien de la recuperación de Sergi (Llull). Lo importante fue haber podido formar parte de este grupo con tanta calidad que lo ha ganado todo. Ha sido un primer paso para entrar en futuras convocatorias. Todavía no me veo a corto plazo en la selección. Dependerá del nivel que ofrezca esta campaña, pero está claro que en el equipo hay grandes jugadores, algunos jóvenes y otros más mayores con capacidad para seguir allí muchos años. Debo centrarme en entrenarme y rendir al máximo nivel para disponer de otra oportunidad.

Para un consumado especialista como usted, ¿cómo afecta el hecho de que la línea de tres se haya retrasado hasta los 6,75 metros?

Bueno, no muy bien (risas). La distancia está ahora un poco más lejos y me imagino que los porcentajes, sobre todo al principio, se resientan un poco. Hay muchos especialistas en la ACB y, puede que con el paso del tiempo y una vez nos acostumbremos todos, los registros sean parecidos a los de la pasada campaña. Después de tantos años con la línea a 6,25, seguro que a todos se nos hará un poco raro. Todo tiene su parte de entreno y su parte de adaptación. Al cabo de un mes o dos, será igual.

Por último, ¿se ve ganando el concurso de triples en Vitoria?

No lo sé. Lanzando ahora desde 6,75 y con la línea tan lejos, a ver cómo llego al último carro (risas). Tampoco le he dado muchas vueltas. Desde que estoy en Vitoria, sí he trabajado un poco más, pero tampoco es algo que me obsesione. Tengo ganas de participar, es mi segunda presencia y a ver si puedo superar lo del año pasado.