Vitoria. Si se cumple el vaticinio dado ayer por su agente, Stanko Barac dispondrá la próxima temporada de la enésima oportunidad para demostrar su valía en el Caja Laboral. El espigado poste croata, cuya continuidad se ha puesto en duda para el próximo proyecto vitoriano tras otro año irregular donde no ha vuelto a satisfacer del todo las altas expectativas creadas en torno a su figura, continuará conformando la nómina interior que esté a las órdenes de Dusko Ivanovic en el ejercicio 2010-11.
"Stanko tiene dos años más garantizados en Vitoria y no hay dudas de que va a continuar. No entiendo que su situación en el club no esté tan clara como se comenta", subrayó ayer a este periódico uno de los apoderados del croata, que en la actualidad se recupera de la protusión discal en la espalda que le dejó fuera de combate para los play off por el título en detrimento de Lior Eliyahu y Vladimir Golubovic.
Tanto Barac como su entorno se aferran al contrato en vigor firmado en su día -se comprometió por cinco campañas y, de momento, ya ha cumplido tres- para zanjar las dudas existentes respecto a su continuidad. El balcánico desea proseguir su carrera en la capital alavesa, aunque la cantada marcha de Tiago Splitter a la NBA abre un socavón en la zona azulgrana de tal magnitud que las combinaciones para rehacer el juego interior son a estas alturas numerosas.
Mientras que Eliyahu y Teletovic están predestinados a seguir ejerciendo el rol de cuatros abiertos -sólo una tentadora oferta económica de algún club provocará que alguno de ellos abandone el Buesa Arena-, sobre Barac pesan mucho más las incógnitas. No sólo por el hecho de que ha cumplimentado una temporada más sin haber dado ese salto de calidad que tanto se le resiste, sino porque la grave orfandad del brasileño puede obligar a que el Caja Laboral acometa la contratación de dos pívots de contrastada calidad. Y, en ese caso, la figura de Barac constituye la más débil de la cadena.
sin pasos al frente Desde el círculo cercano del interior nacido en Mostar, se confía precisamente en que la marcha del MVP carioca suponga el detonante de su despegue definitivo. Algo que provoca ciertas reticencias tras lo sucedido en la campaña recién concluida. Si bien Barac aprovechó la inercia de su temprana llegada a Vitoria en la pretemporada para coger rápidamente la forma y dar recambios de calidad en las primeras jornadas, la contusión ósea sufrida por Splitter le brindó una oportunidad de oro que, a la larga, desaprovechó.
Cuando la situación y el equipo requirieron un paso al frente en plena disputa de la Copa del Rey y del Top 16 continental, sus lagunas y falta de personalidad quedaron claramente al descubierto. Y es que Barac ha evidenciado hasta la fecha estar lejos de ser ese pívot dominante que necesita cualquier aspirante a los títulos como el Baskonia pese a disponer de unas condiciones inmejorables. Su juventud -cumplirá en julio sólo 24 años- le convierte todavía en un jugador con un amplio margen de mejora. "Splitter se irá seguro a la NBA y él puede aprovechar la situación para tener un rol más importante", asegura su apoderado.
En los 24 encuentros que disputó a nivel doméstico, Barac promedió 8,7 puntos y 4,5 rebotes en 15 minutos. Su papel en la Euroliga no fue tan destacado, acreditando de media 5,1 puntos y 3,8 rebotes. Más allá de estos números, sus principales carencias están relacionadas con su falta de carácter y liderazgo, así como una timidez y un conformismo evidentes. A falta de una confirmación oficial y de que la marha de Splitter recomponga definitivamente el puzzle interior, el ex del Siroki volverá a entrar en los planes azulgranas.