Matías Nocedal continúa siendo un diamante sin pulir para el Baskonia. A punto de cumplir los 20 años, el club vitoriano pretendía que este base-escolta argentino, internacional con su país en todas las categorías inferiores, siguiese la exitosa estela dejada por otros compatriotas y diese cuanto antes el salto al primer equipo. Sin embargo, nadie contaba con que su progresión fuese tan lenta y la mejoría de sus fundamentos baloncestísticos se viese ralentizada. Hasta el punto de que en las últimas temporadas ha sido cedido a otros equipos pertenecientes a categorías inferiores con el fin de que se foguease y disfrutase de unos minutos imprescindibles que en la capital alavesa se encuentran vetados.
Recientemente, Nocedal ha puesto punto y final a su andadura en el Aguas de Sousas Ourense de la Adecco LEB Oro. Salvado in extremis del descenso, el equipo dirigido en la recta final por el técnico ex baskonista Paco García ha vivido una convulsa temporada que atrapó de lleno al exterior albiceleste. En concreto, disputó 29 partidos con unos discretos promedios de 6,2 puntos, 1,7 asistencias y 1,3 rebotes en poco más de 18 minutos de juego. Números alejados de las expectativas iniciales del Caja Laboral, que lógicamente ha seguido estrechamente sus evoluciones con vistas al futuro.
A la hora de hacer un frío balance, Nocedad -prestado los dos últimos ejercicios al Comeravi A.B. Mérida y al Club Basquet Vic- exhibe un tono agridulce que deja entrever su parcial descontento con esta etapa en tierras gallegas. "A niver personal, me podía haber ido mejor. Es una experiencia más en mi carrera. El equipo se salvó en el último momento, que era el objetivo principal del club. Después de sufrir muchos contratiempos durante el año en forma de lesiones y otros problemas, ha sido un buen año colectivamente. La entidad venía de una situación complicada en los últimos años y le costará aspirar a metas más ambiciosas", reconoce.
Entre las causas de su irregular rendimiento, figura una inoportuna lesión muscular mediada la temporada que coartó su crecimiento. "Vino en un momento crítico del año, pero tampoco me gusta poner excusas. Era el primer base del equipo hasta que me lesioné para cuatro partidos. El club fichó otro director y, a partir de entonces, también pasé a ocupar el puesto de dos en algunos partidos", precisa Nocedal, que en su día suscribió un contrato de larga duración (8 años) con el Baskonia.
A corto plazo y sin compromisos profesionales a la vista, el argentino desconoce cuáles son las intenciones azulgranas. En principio, se desplazará en próximas fechas a Vitoria para proseguir con el trabajo personalizado al lado de Iñaki Iriarte, el moldeador de figuras en el Buesa Arena y prácticamente su sombra permanente desde que abandonase su país natal. "Mi gran objetivo, como siempre he dicho, es jugar algún día en el primer equipo del Baskonia. Si puede ser cuanto antes, mejor. Pero quiero ir paso a paso", sentencia Nocedal, una promesa incorporada por la secretaría técnica en verano de 2006 procedente del Club Argentino de Castelar. Su sonado éxito en el Panamericano sub" 19, con victoria incluida ante Estados Unidos, diaparó en su día su cotización.