Vitoria. Todavía no ha finalizado la presente temporada, pero tanto los grandes de la ACB como del Viejo Continente empiezan a mover el árbol en busca de frutas maduras en forma de jugadores. Como viene sucediendo en los últimos tiempos, el Barcelona y el Real Madrid son los primeros en agitarlo con una chequera repleta de ceros que tiene visos de dejar con la miel en los labios a otros clubes como el propio Caja Laboral.

En el caso del equipo azulgrana, actual líder liguero, aspirante al triplete y que en principio no necesitará muchos retoques, Joan Creus ha orientado su mirada hacia Valencia, donde figuran dos piezas muy apetecibles como Rafa Martínez y Matt Nielsen. El escolta catalán, por el que no se decantó en su día el Baskonia en detrimento de Fernando San Emeterio, se perfila como el recambio del italiano Gianluca Basile en el perímetro si el Power Electronics acepta la oferta de 400.000 euros que se le ha trasladado desde la Ciudad Condal.

El otro eslabón más débil de la cadena culé es el cuatro estadounidense Terence Morris, si bien su rendimiento ha sido más que notable desde el arranque del actual ejercicio. De cara al futuro, la joven promesa serbia Nemanja Bjelica aparece en el radar barcelonista.

Sobre el conjunto dirigido por Messina circulan rumores de toda índole. A su interés por reclutar a Tiago Splitter, se unen nombres de todo tipo, algunos de ellos -léase los del ex baskonista Andrés Nocioni o Rudy Fernández- para desviar la atención y, a priori, inviables dados sus altísimos contratos en la NBA y el hecho de que posean contrato en vigor con alguna franquicia americana. El base canario Sergio Rodríguez, descontento con su decepcionante etapa americana, es otro de los grandes deseados.

En Europa, una de las operaciones cantadas reside en el desembarco de Aleks Maric (Partizan) en el Panathinaikos. Mientras tanto, el Maccabi suspira por el regreso de alguno de los iconos que propiciaron los momentos más dorados de su historia como Sarunas Jasikevicius, que no seguirá en Atenas, o Nikola Vujcic, también con los días contados en el Olympiacos.

¿Y el Baskonia? La continuidad o no de Tiago Splitter condiciona todos los movimientos de Josean Querejeta, aunque la búsqueda de un base de garantías constituye otro objetivo indiscutible. San Antonio suspira por contar con sus servicios, aunque no parece en condiciones de trasladarle una suculenta oferta económica debido al límite salarial. Tampoco se descarta que pueda traspasar sus derechos a otra franquicia en algún intercambio de jugadores. Si ello no sucede, las opciones de que el de Joinville continúe en el Buesa Arena subirán como la espuma.