vitoria. La historia del encuentro que ayer ganó el Caja Laboral en el Buesa Arena ante el Granada es de sobra conocida por los aficionados baskonistas. También Dusko Ivanovic, aunque la detesta, la conoce de otras muchas veces, por lo que ayer quiso dar un pequeño toque de atención a sus pupilos, de los que sólo rescató "la fe que han mostrado en el tramo final para llevarse la victoria".

"Hemos jugado sin ritmo, muy sosos. No me ha gustado nada el equipo. Sólo me ha gustado la fe del final", expresó el preparador balcánico en la sala de prensa del Buesa Arena. "Con esta fe se pueden ganar partidos como éste, pero no se pueden ganar partidos más importantes", advirtió Ivanovic, consciente de que el desgaste físico y moral que ha podido tener en sus jóvenes jugadores la eliminación de la Euroliga pudo tener algo que ver en el rendimiento exhibido ayer ante el modesto combinado nazarí.

"Era un partido difícil, es verdad. Puede verse como algo normal tras los partidos de tanta exigencia que hemos jugado esta semana. Pero nosotros tenemos que evitar estas fases de relajación", insistió Ivanovic, que lamentó lo que viene siendo el peor compañero de viaje del cuadro azulgrana durante el presente ejercicio, el elevado número de pérdidas de balón en el que sus jugadores incurren cada partido. "No soy de los que dicen que la estadística lo dice todo, pero si en los veinte primeros minutos perdemos trece balones, no podemos hacer un buen juego. Y aún así íbamos ganando por dos puntos", ironizó el técnico montenegrino, quien confirmó asimismo que Stanko Barac padece unos problemas musculares que le impidieron participar en el encuentro de la tarde de ayer.

Su homólogo en el banquillo rival, Trifón Poch, también se mostró notablemente decepcionado por el rendimiento de sus pupilos, aunque en su caso se debía a la incapacidad que mostraron para hacerse con una victoria que tuvieron a tiro: "Hemos perdido una oportunidad única. Nos ha faltado la tranquilidad para jugar como nos habíamos marcado", sentenció.