PANATHINAIKOS Spanoulis (6), Nicholas (12), Perperoglou (8), Fotsis (9), Pekovic (10) -cinco inicial-, Calathes (10), Tepic (2), Tsartsaris y Batiste (10).

REAL MADRID Prigioni (11), Bullock (15), Velickovic (11), Garbajosa (13), Lavrinovic (8) -cinco inicial-; Kaukenas (12), Sergi Vidal, Travis Hansen, Reyes (4) y Van den Spiegel (2).

Parciales 8-22, 19-17, 18-24, 22-13.

Árbitros Jungebrand, Rocha y Viator.

Pabellón OAKA (15.200 espectadores).

vitoria. El Real Madrid mete miedo de cara a su inminente llegada al Buesa Arena. Tras dos inesperadas derrotas consecutivas en las pistas del Prokom y Xacobeo, el próximo rival del Caja Laboral se rehizo ayer a lo grande en el templo del vigente campeón continental. Lo hizo con autoridad, con una exhibición y recordando que, con permiso del Barcelona, es uno de los grandes favoritos a suceder esta campaña a los griegos.

Desde el salto inicial, el conjunto blanco no dio margen a un nuevo tropiezo. Con una defensa impecable y un variado reparto de los protagonismos en ataque, fue marcando distancias de manera contundente. Enfrente se topó con un Panathinaikos irreconocible, falto de argumentos y que rara vez pudo recortar la desventaja hasta menos de la decena de puntos.

El tibio acercamiento heleno al inicio del tercer cuarto fue cortado de raíz por un Real Madrid que tuvo a Bullock y Garbajosa a sus mejores exponentes, aunque el ex baskonista Prigioni estuvo imperial en la dirección de juego. Si mantiene este nivel, el Baskonia deberá hilar muy fino mañana.