“Ni en mis mejores sueños imaginaba todo lo que he vivido y llegar hasta este punto”
Antes de que el Araski trate de atar este sábado la salvación ante el Celta, la protagonista será Laura Pardo, quien verá cómo el club cuelga su camiseta del techo de Mendizorroza
Laura Pardo expresa sus sentimientos antes de una jornada muy emotiva. La mano derecha de Made se muestra emocionada al ser la primera vitoriana a la que se le haga dicho homenaje y espera redondear la jornada con una victoria de oro.
¿Se ha recuperado ya de la tensión del final del partido ante el IDK?
La verdad es que me costó recuperarme. Fue un encuentro de muchísima tensión, de muchos cambios en el resultado e incluso ellas se marcharon de hasta 9 puntos en el último cuarto. Aun así, el equipo tiró de carácter y de corazón para levantar el partido. El domingo disfrutamos de la victoria, pero desde el lunes ya hemos tenido nuestra cabeza en el encuentro ante un rival directo como el Celta que es una nueva final.
"Ganar al Celta sería un paso de gigante para la permanencia. Nuestros esfuerzos y nuestra mente están centrados en este partido"
Una jornada que podría ser definitiva si, además de ganar, se recupera el average de la ida (71-63)...
En esta liga hasta que las matemáticas no digan lo contrario, todo puede pasar porque es una competición muy dura. Aun así, está claro que ganar al Celta sería un paso de gigante para la permanencia. Nuestros esfuerzos y nuestra mente están centrados en este partido. Lo primordial es sacar la victoria, pero en este tipo de situaciones, los averages son fundamentales y lo tenemos en mente. En caso de tener la posibilidad iremos a por ello, pero lo primordial es ganar.
¿Cómo se gestiona el aspecto mental tras una gran victoria?
Ellas son más que conscientes de la importancia que tienen estos dos partidos. Uno ya lo hemos librado y ahora son ellas las primeras que quieren ir a por la victoria. Al final, ganar al Celta sería un paso de gigante y serviría para coger aire fresco para afrontar las últimas jornadas.
El duelo viene marcado por la retirada de su camiseta. ¿Nerviosa?
Como tenemos la mente muy puesta en estos dos encuentros, tampoco he tenido mucho tiempo para pensar en ello, pero cuando me lo comunicaron fue sensación de orgullo. Al final, es un honor y más siendo de casa, porque es cierto que en el Baskonia se han retirado camisetas, pero nadie es de Vitoria, y eso para mí significa un plus extra en el sentimiento.
“¿Primera entrenadora? No lo sé; para estas cosas siempre he ido de año en año y de momento no me planteo nada a largo plazo”
En su retirada como jugadora alguna que otra lágrima ya se le escapó. ¿Le da vueltas a cómo reaccionará?
Espero poder templar los nervios y las emociones, pero en esos instantes tu cuerpo habla y no sé qué pasará.
Cuando aún era jugadora, ¿se había imaginado la posibilidad de llegar hasta este punto?
No. Es cierto que siempre he vacilado mucho con ello incluso cuando era jugadora. Imaginar puede que sí que me lo haya imaginado, pero cuando ves que se puede hacer realidad no te lo crees. Es como que te lo imaginas en tus sueños, pero no en la realidad. Es difícil de explicar.
"No sé qué emoción voy a tener cada vez que entre a Mendizorroza y vea la camiseta. Supongo que hasta que no lo viva no voy a ser consciente de ello"
A partir de ahora cada vez que entre en Mendizorroza, verá su camiseta colgada del techo. ¿Halagada?
No sé qué emoción voy a tener cada vez que entre a Mendizorroza y vea la camiseta. Supongo que hasta que no lo viva, creo que no voy a ser consciente de ello.
Ya ha pasado tiempo desde su retirada. ¿Cuesta el no estar jugando?
Ese gusanillo no deja nunca de picarte. Al final, ha pasado mucho tiempo, pero también lo tengo reciente. Además, al estar tan cerca de las jugadoras provoca que me sienta parte de ellas. En ese sentido, soy consciente de su posición y de sus situaciones y tengo mucha empatía por ellas. A veces es difícil mantener la calma y los nervios, pero con el tiempo vas aceptando tu situación.
¿Aún ayuda en los entrenamientos como una jugadora más?
No. Ahora me dedico exclusivamente a las labores del cuerpo técnico.
¿Cómo se ve en el día de mañana? ¿Posible primera entrenadora?
No lo sé. Al final, para estas cosas yo siempre he ido muy de año en año y sin hacer planes de futuro a largo plazo. El éxito también es vivir cada cosa en su momento y disfrutarlo. No me pongo a pensar dónde estaré en determinado tiempo cuando tampoco sé dónde voy a estar dentro de un año. Las oportunidades que me van saliendo las voy cogiendo y de momento no me planteo nada a largo plazo.
Cuando era jugadora y dio el paso de dedicarse en exclusiva al basket, ¿se imaginó todo lo que iba a vivir?
Ni en mis mejores sueños. Yo he crecido con el club en sus diferentes etapas y jamás me lo podría haber imaginado. Cuando me llegó la oportunidad de ser solo profesional y no tener que compaginarlo con otros trabajos ni tener que gastar mis vacaciones en viajes y partidos, lo viví con mucho agradecimiento. Al final fue como un regalo. Eso sí, ahora como he tenido que volver a compaginar ambas cosas, lo veo desde otra perspectiva y tengo otra forma de vivirlo.
"Somos una familia y siempre hay momentos de tensión y otros de alegría. Mi misión es templar los ánimos en ambas partes"
Como parte del staff técnico, ¿comprende situaciones que quizá no entendía cuando era jugadora?
Yo he sido una jugadora que siempre he entendido mucho la parte del cuerpo técnico porque no me caracterizaba por el físico sino por la visión de juego, y en ese sentido hacía que me entendiese muy bien con las entrenadoras. Eso provoca que cuando se les quiere echar la bronca, yo soy de las que intenta calmar la situación, porque son muchas horas juntas y vivimos momentos de mucha tensión, de decisiones que se tienen que tomar en segundos, y siempre hay jugadoras que las entienden y otras no. Al final, somos una familia y siempre hay momentos de tensión y otros de alegría. Mi misión es templar los ánimos en ambas partes en caso de ser necesario, que no siempre ni muchas veces es necesario gracias a Dios.
Ya en frío, ¿cuál fue su momento preferido como jugadora?
Nunca he sabido responder con certeza. Aunque sí que es cierto que siempre se me vienen dos momentos a la cabeza, pero no sabría con cuál quedarme. Uno es la fase del ascenso en Cáceres por lo inesperado que fue, por lo bien que jugamos aquellos partidos y lo que significó a la postre, es decir, que llevamos ya 8 años en la élite. Y el otro en la Copa de la Reina, con aquel triple ante el Gernika en la prórroga que estábamos en cuadro y fue como un momento épico. Esas dos vivencias las guardo con mucho cariño.
¿Qué les dice a las canteranas?
Que tienen que trabajar duro y compatibilizarlo con los estudios o con otras cosas porque sí se puede. Yo soy el mejor ejemplo posible. Y eso les va ayudar para tener la cabeza bien amueblada para el momento en el que les llegue la oportunidad e ir ascendiendo en el club y por qué no, llegar al primer equipo. En definitiva, mucho trabajo y mucha disciplina.
¿Siente presión por ser una referencia y una figura a la que seguir?
Lo siento como una oportunidad de que esas niñas que vienen ahora tengan una referente que en mi época no había. Yo no tuve ni había esa visibilidad que hay hoy en día. Es una oportunidad para que las niñas se vean reflejadas en las jugadoras que pueden llegar a ser.