“Poder disputar la Copa de la Reina en una de las ligas más complicadas de los últimos años, con todas las adversidades que hemos sufrido, sin excusas y uniéndose entre ellas, es el mejor regalo que pueden tener”, señalaba Made Urieta horas después de lograr el billete para la cita de Zaragoza.

Las palabras de la entrenadora de Amurrio denotaban el orgullo que sentía hacia su plantilla tras el éxito logrado. No lo habían tenido fácil y, así y todo, el conjunto gasteiztarra estará en su cuarta Copa de la Reina tras una primera vuelta de ensueño.

La escuadra verde se ha colado en la fase final del torneo de una manera más que brillante. El Kutxabank Araski ha sido el matagigantes de la Liga Femenina. Buena prueba de ello es que el conjunto vitoriano ha vencido a tres de los cuatro cabezas de serie hasta el ecuador de la competición (Valencia Basket, Girona y Zaragoza).

Las alavesas han sido capaces de imponerse en feudos tan complicados como la Fonteta y Fontajau, en los que derrotó a dos de los mejores equipos de la competición. El Araski se impuso al Valencia Basket por un contundente 49-67, mientras que derrotó al Girona en su propio campo por 62-64.

La tercera muesca de las guerreras de Made Urieta ante los gallitos de esta Copa de la Reina se produjo en Mendizorroza, cuando el cuadro vitoriano se deshizo del Casademont Zaragoza, anfitrión del torneo y rival de las gasteiztarrras en cuartos, por 63-58. Precedentes para la esperanza. Nada que temer. Respeto sí, pero también confianza.

Dos semifinales

Y es que este Araski ha demostrado que puede soñar con volver a alcanzar las semifinales, tal y como hiciera en su estreno en la competición en la edición de 2017 en Girona o en la de 2020 en Salamanca. En el Fontajau hace seis años superó al Ferrol (64-62) en cuartos de final para después caer contra las anfitrionas del Girona en semifinales (71-78), mientras que en el pabellón charro hace tres años se deshizo en la prórroga del Gernika tras un intenso derbi (80-83) y fue eliminado en la antesala de la final por las locales del Perfumerías Avenida (45-60), a la postre campeonas de dicha edición.

Tan solo la Copa de Vitoria en 2019 supuso una pequeña decepción para el Araski, ya que la escuadra gasteiztarra no pudo dar una alegría a su afición tras verse eliminado a las primeras de cambio por el Cadí La Seu al ser incapaz de conservar una importante renta (66-60). Un tropiezo que ya es historia.

Historia es lo que buscan hacer este fin de semana en Zaragoza. Sin la presión de los favoritos ni la ansiedad del anfitrión, el Araski confía en dar la sorpresa y volver a sorprender a los grandes de la Liga, al igual que ha hecho durante esta primera vuelta en la que ha logrado nueve triunfos en quince jornadas.

Con la máxima ilusión

El equipo vitoriano ha batido a cuatro de los cinco primeros de la liga, ya que a los tres anteriormente citados hay que unir al Gernika, presente también en la Copa, al que derrotó en casa por 73-71. De los cocos de la Liga, tan solo el sólido líder Perfumerías Avenida ha conseguido superar en la primera vuelta al Araski tras imponerse en Mendizorroza en un disputado partido por 60-66.

De los participantes en esta Copa de la Reina, el conjunto vitoriano también salió derrotado frente al Barça CBS y Estudiantes. A priori, todo apunta a que no se vería con ellos. Con el conjunto blaugrana solo se podría ver las caras en la final si es capaz de superar al Perfumerías Avenida, gran favorito, en cuartos y después al Girona o Gernika en semifinales, mientras que un cruce ante la escuadra colegial se produciría en semifinales si las madrileñas sorprenden al Valencia Basket.

Habrá que esperar. Lo que queda claro es que este Araski capaz de sobreponerse a las dificultades acude con la máxima ilusión a su cuarta Copa de la Reina. Un bloque corto, con tan solo nueve jugadoras tras el refuerzo hace unas semanas de Chatrice White, relevo de la lesionada Annika Holopainen, que ya ha vuelto a las pistas y que pese a esta inferioridad de potencial nunca se rinde.

Bloque rocoso y peleón

Es un grupo aguerrido, con corazón y que se deja todo en la cancha. Asurmendi y Chagas ejercen de directoras de orquesta con un estilo sobrio, efectivo y muy combativo. Dos bases cerebrales que minimizan errores y que, además de su notable trabajo defensivo, aportan en otros aspectos del juego. La navarra promedia 6,7 puntos, 3,2 rebotes y 2,9 asistencias, mientras que la prometedora timonel argentina anota 8 por encuentro.

El peligro exterior llega con la joven Txell Alarcón –8,1 puntos con un 38,4% de acierto desde el arco–, mientras que la polivalente Van den Adel (7,8 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias) es un martillo pilón y uno de los sostenes de un equipo en el que el poderío físico de Diarra (5,9 puntos y 7,1 rebotes) da seguridad en la pintura, labor que comparte con la finesa Holopainen (5,6 puntos y 3 rebotes) y la estadounidense White (8,1 puntos y 5,8 rebotes).

Este Araski también cuenta con una jugadora de sangre caliente como la ala-pívot argentina Burani (4,8 puntos y 3,6 rebotes), que contagia su raza al resto del plantel. Para poner la guinda al pastel, la estelar Atkinson demuestra jornada tras jornada que es la killer necesaria en cualquier equipo con aspiraciones. Con 16,3 puntos de media, la norteamericana es la tercera mejor anotadora de la Liga Femenina tan solo por detrás de Petra Holesinska (17,4) y Sika Kone (16,4), ambas del Spar Gran Canaria.