La fecha del 28 de febrero de 2020 pasará a la historia local como el inicio de una pesadilla que, aunque ya más cerca de su final, hoy cumple dos largos años.

Aquel viernes de invierno, las autoridades sanitarias informaban de la detección del primer caso de coronavirus en Álava, tras varias falsas alarmas previas, confirmando además los peores presagios: la paciente infectada era una doctora del área de Medicina Interna del HUA-Txagorritxu que en los días previos había viajado a Andalucía y que, a su regreso, presentó síntomas muy leves.

El aviso de aquel primer contagio por parte del Departamento vasco de Salud y Osakidetza llegó poco después de las 21.00 horas y corrió como la pólvora. Hasta aquel 28-F, se habían sucedido un total de 13 alertas que finalmente se comprobaron falsos positivos en la CAV, todavía inmersa en una fase de pretendida contención del patógeno.

Sin embargo, en esta ocasión ocurrió lo que las autoridades querían evitar a toda costa, que el virus se colase de lleno en el medio sanitario.

La planta de la profesional infectada se trataba, además, de la que la dirección de la OSI Araba había decidido acondicionar para aislar a los posibles pacientes con coronavirus que llegasen al centro. Aunque la profesional dio negativo en las primeras pruebas y continuó trabajando en el hospital, pronto comenzó a padecer fiebre, cogió la baja y un nuevo test confirmó su contagio.

58 personas del entorno de esta facultativa fueron sometidas a pruebas diagnósticas y una de ellas, un compañero de unidad del propio HUA-Txagorritxu, dio también positivo un día después, el sábado 29. Se trataba, al menos que se conociese en aquel momento, de la primera infección producida por el coronavirus dentro del territorio alavés, cuando los casos confirmados alcanzaban ya el medio centenar en el conjunto del Estado.

El domingo 1 de marzo saltaba un tercer positivo también dentro del servicio de Medicina Interna, otro médico destinado en el HUA-Santiago, y Álava sumaba ya un total de siete contagios.

Casi de un día para otro, los alrededor de 25 profesionales de esta unidad repartidos en las dos sedes del HUA tuvieron que irse a casa por ser contactos estrechos de los infectados y ya para el lunes 2 de marzo había más de un centenar de pacientes a cargo del servicio sin médicos, varios de los cuales fueron igualmente aislados por el mismo motivo.

Refuerzos desde otros centros

Compañeros de otros servicios, residentes y hasta profesionales de otros hospitales vascos como los de Urduliz o Cruces se encargaron en los días siguientes de tapar esos huecos en un ambiente de muchísimas dudas que contrastaba con la aparente tranquilidad que aún se vivía en las calles del territorio. Sin embargo, más de un centenar de sanitarios habían sido ya aislados en el conjunto de la CAV para el martes 3, la mayoría en Álava.

Meses después, un estudio científico confirmó que había sido el territorio "con más probabilidades" de albergar el origen de la pandemia a nivel estatal. El impacto de la primera ola del covid, que a primera vista parecía aún limitada, no tardó mucho, sin embargo, en convertirse en tsunami.

Uno de los grandes puntos de inflexión iniciales en esta crisis tuvo lugar el lunes 9, cuando los positivos confirmados en Álava experimentaron su crecimiento más importante hasta entonces, de 79 a 122 en solo un día.

Dos días antes, la aún consejera de Salud, Nekane Murga, informaba del primer paciente con coronavirus fallecido en el territorio, precisamente en Txagorritxu. Un hombre de 90 años con patologías crónicas que se encontraba en aislamiento en el centro.

La enfermedad también afectó al personal del hospital, y en algunos casos de forma muy grave. Ocurrió con una enfermera y una celadora de Txagorritxu, que en estos primeros compases de la crisis tuvieron que ser ingresadas en la UCI, aunque lograron salir adelante.

Dos semanas después de aquel 28-F, cuando los profesionales de Medicina Interna comenzaban a reincorporarse tras el obligado aislamiento, se decretó el estado de alarma a nivel estatal y, con él, el confinamiento estricto de toda la población. Dos años y seis olas después, Álava acumula casi 92.000 casos de coronavirus confirmados, centenares de fallecidos e incontables pacientes afectados por esa pandemia silenciosa que es el covid persistente.

Un 28-F histórico. La confirmación del primer caso de coronavirus en Álava por parte del Departamento vasco de Salud y Osakidetza llegó el 28 de febrero de 2020, poco después de las 21.00 horas. Hasta entonces, se habían sucedido 13 alertas en la CAV, que resultaron falsos positivos en todos los casos.

El peor escenario. La persona infectada era una doctora del HUA-Txagorritxu, algo que las autoridades sanitarias querían evitar a toda costa. La planta de la profesional se trataba, además, de la que la dirección de la OSI Araba había decidido acondicionar para aislar a los posibles pacientes con coronavirus que llegasen al centro, algo que se presuponía desde hacía varias jornadas.

El inicio de un tsunami. 58 personas del entorno de esta facultativa fueron sometidas a pruebas diagnósticas y una de ellas, un compañero de unidad del propio HUA-Txagorritxu, dio también positivo un día después, el sábado 29. El domingo 1 de marzo saltaba un tercer caso en Medicina Interna del HUA-Santiago y Álava sumaba ya un total de siete contagios.

91.357

Casos de coronavirus han aflorado en Álava a lo largo de estos dos años, según los datos del Departamento vasco de Salud actualizados este pasado jueves.