El director pedagógico del colegio ubicado en el barrio de Abetxuko encara este nuevo periodo de prematrícula “con esperanza e inquietud”. El centro, que acoge en sus aulas a alrededor de 320 alumnos de 0 a 16 años, acaba de cumplir medio siglo de recorrido.

¿Cómo afrontan este nuevo periodo de prematrícula?

-Con esperanza e inquietud, las dos cosas. Esperanza de que tengamos matrícula para poder cumplimentar las clases e inquietud por lo mismo, porque la natalidad es muy baja y tenemos un problema grave en todos los centros. Está claro que va a ser un problema a largo plazo, que desde Kristau Eskola se está tratando con el Departamento de Educación, bien para que se reduzcan los ratios de alumnado, bien para que podamos aguantar esta caída de la natalidad.

¿En qué medida ha afectado este problema a su centro?

-Lo vamos notando lógicamente en las clases de los niños más pequeños. En infantil de cero a tres se nota, primero, porque hoy en día se favorece la corresponsabilidad en casa y hay unas bajas por maternidad y paternidad que se pueden compartir y hay familias que al final no ven necesario llevarlos a la guardería. Eso por una parte. Y luego, claro, a Infantil van subiendo menos niños. Este último año por ejemplo no hemos completado la clase de tres años. Es una problemática general, que la vemos hablando con los demás directores. Estamos en un momento bastante crítico.

¿Corre riesgo la continuidad de alguna de sus aulas?

-En estos momentos no. Tenemos todas las aulas abiertas y mantenemos el ratio mínimo de alumnos en todas las etapas. En ese sentido no tenemos problemas, pero sí estamos viendo una disminución. Pero hoy en día, prácticamente no es necesario baremar porque nos sobran sitios. Hasta hace unos años, la baremación era muy importante, porque había que dar prioridad para que un alumno u otro pudiera entrar al cole o no. Pero en estos momentos, todo el que viene es bien recibido, porque necesitamos alumnado. Aquí al lado tenemos a la ikastola y creo que estamos en una situación muy parecida.

No deja de ser, como ha dicho, un problema generalizado...

-Sí, no es fácil cumplimentar las aulas y no es un problema solo nuestro, pero se está intentando poner soluciones desde distintos ámbitos. Al final se mueve todo por dinero... Y si no hay dinero, no hay disminución de ratios, por ejemplo. Pero se está trabajando en ello y espero que al menos durante un tiempo consigamos volver a la senda de tener niños.

¿Considera esa disminución de los ratios como la única solución o cree que hay más?

-Es una de las soluciones, pero es que ahora no vemos mucho más. Y encima ahora con la pandemia, en la que disminuir los ratios puede implicar reducir los riesgos, es una buena alternativa. Pero exige una cosa que es dinero, como ya he dicho.

¿Podrán seguir coexistiendo a largo plazo la educación pública y la concertada?

-Yo creo que son opciones diferentes y que es necesario que haya una diversidad de oferta. Y, de hecho, como todo funciona con la oferta y la demanda, somos prácticamente el 50% de la oferta educativa. Son elementos complementarios que, aunque con matices, ofrecen un servicio de la misma calidad. La calidad del servicio tanto de la concertada como de la pública es lo suficientemente buena y necesaria como para que se puedan mantener las dos.

Con tanta ‘competencia’, ¿cómo se diferencian del resto de centros para seguir siendo atractivos?

-Estamos un poco apartados de la ciudad, que es una de las ventajas competitivas que tenemos. El entorno en el que nos encontramos es muy favorable para la educación, y más ahora que el tema verde tiene cada vez más importancia. Tenemos la posibilidad de estar al aire libre y en contacto con la naturaleza desde muchos puntos de vista. Tenemos un invernadero y trabajamos una huerta ecológica, tenemos gallinas y podemos salir en bici sin movernos prácticamente del cole. Y nos hemos centrado, por una parte, en el trilingüismo y por otro, en la tecnología, con un ordenador por alumno. Trabajamos con ello en las clases como una herramienta más. Por otra parte, ahora queremos darle al centro la importancia que ha tenido en sus 50 años aquí y estamos haciendo lo posible por darnos a conocer.