- La oferta hostelera de Vitoria se ampliará este enero con una nueva apertura en la avenida de Los Huetos, 1. Allí, en el local que en su día ocupaba el club Elegan’s, tiene previsto abrir sus puertas en torno al día 15 El Lío, el nuevo proyecto en el que se han embarcado Jorge Ezquerra y su mujer, Sonia Fernández. De esta forma, con él, ya serán cuatro los establecimientos que este matrimonio tiene en la ciudad: La Guerrillera (Coronela Ibaibarriaga, 1,), el restaurante Zapirón (Avenida de Los Huetos, 50) y el Jusbar (Comandante Izarduy, 1).

Como avanza Ezquerra, este nuevo negocio se va a enfocar en “mucho desayuno, con una gran variedad de molletes, menú del día y en fin de semana, una carta divertida que hará un guiño a diferentes culturas”.

De hecho, Ezquerra confiesa ser un gran “abogado defensor” tanto del menú del día como de los desayunos. “El menú es la oferta gastronómica más dinámica. Muere en ese mismo día y al día siguiente es otra. Es divertida: Y además de trabajar con mucho producto y variedad, no te encasillas en una carta y le das rienda suelta a la creatividad en la cocina, que es lo que demandan mucho los cocineros para que su grado de realización profesional no vaya bajando”, destaca.

Pero esos menús tendrán una gran diferencia. “Vamos a hacer una cosa que muy poquita gente hace en Vitoria, que es la de diferenciar la comida de la bebida en el menú del día. No puede ser que una pareja coma con vino y otro con agua y paguen lo mismo. No me parece justo. Es una idea que llevo tiempo intentándola llevar a cabo, pero no ha habido consenso por parte de los compañeros diciendo que era confuso”, avanza.

Sin embargo, ellos se han animado a meterse en este lío. “Voy dar el paso y con esto lo que vamos a permitir, además, es que la gente que venga a comer, no lo haga con el vino impuesto ni las cantidades. Si te gusta un vino de una marca concreta, vas a disfrutar de la comida con el vino que a ti te guste y sin el coste añadido de haber pedido un vino que no es el del menú y el que beba con agua del grifo, no tendrá ningún valor añadido”.

Así, a la hora de dar de comer, van a dar “un menú muy, muy digno dentro de un precio muy considerado: rondará los 14-15 euros. Trabajando con materias primas muy nobles”. Además, define su cocina como para invidentes. “Para todo lo que hacemos, tienes que cerrar los ojos, pruebas y tienes que saber lo que es”.

Respecto a la decoración, los impulsores han ido a una “moderna, sobria y elegante”, en la que predominarán los colores marrones, una barra en blanco y el hierro con la madera, así como una terraza “elegante”. Las obras empezaron a finales de verano y están terminadas, “pero hubo que cambiar absolutamente todo”. Ahora falta dotar al local de “mercancía” y empezar con la pruebas de cocina.